Alta Gerencia

¿Cómo cuidar la salud mental del equipo?

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Barbara Carrea

En el entorno laboral actual, la salud mental de los empleados es crucial para la productividad de la organización y el bienestar de quienes la conforman. El estrés, la sobrecarga y la falta de apoyo emocional pueden afectar la eficiencia de cualquier equipo; pero ¿están los líderes preparados para enfrentar este desafío? Afortunadamente, los líderes pueden tomar medidas concretas para mejorar el bienestar mental en el trabajo.

El problema es claro: muchos empleados carecen de equilibrio entre el trabajo y su vida personal, agravado por dinámicas poco saludables. Falta de comunicación, poca empatía y baja habilidad para escuchar, junto con la ausencia de soluciones reales y la deshumanización de los empleados, crean un ambiente opresivo. A menudo, los empleados trabajan fuera de horario sin reconocimiento y sienten miedo de expresar sus preocupaciones; los pocos que lo hacen, rara vez son escuchados para buscar soluciones reales. Esto tiene un impacto profundo en la salud emocional y psicológica de todos los empleados.

Si no se abordan estos problemas, el costo es alto: equipos desmotivados, alta rotación y baja productividad. Muchos empleados permanecen en la organización no porque estén contentos, sino porque no tienen otra opción. El trabajo deja de ser una fuente de satisfacción y se convierte en una obligación para sobrevivir, lo que afecta su desempeño.

La solución comienza con acciones pequeñas pero poderosas. Primero, es fundamental evolucionar desde un liderazgo rígido, centrado en la productividad, hacia uno que priorice la salud mental. El liderazgo, que solo exige resultados sin flexibilidad y minimiza el impacto del estrés o agotamiento, no es sostenible. La falta de empatía y la ausencia de comunicación abierta llevan a los empleados a sacrificar su bienestar personal, lo que termina en desgaste profesional y menor motivación.

Segundo, fomentar políticas de flexibilidad horaria y respetar los tiempos de descanso, es esencial para que los empleados puedan desconectar y recargar energías. Un empleado feliz permanece y crece en la empresa. Los líderes deben predicar con el ejemplo, cuando valoran su propio bienestar, tomando descansos y desconectando fuera del horario laboral, inspiran a sus equipos a hacer lo mismo. Los empleados que ven a sus líderes equilibrar saludablemente sus responsabilidades personales y profesionales, tienden a replicar ese comportamiento.

Tercero, la comunicación abierta es clave. Un buen líder escucha para comprender, no solo para responder rápidamente sin atender la necesidad del empleado. Se trata de identificar las problemáticas y buscar soluciones que beneficien tanto al empleado como a la organización. Además, es fundamental crear espacios menos burocráticos donde los empleados puedan expresar sus preocupaciones sin miedo a represalias. Los problemas se resuelven más fácilmente cuando hay una comunicación efectiva, un pilar esencial en cualquier relación.

Por último, es clave ofrecer recursos de apoyo para la salud mental de los empleados. Facilitar el acceso a terapias, programas de bienestar o simplemente ofrecer apoyo emocional, mejora el bienestar de los empleados y refuerza el mensaje de que somos humanos antes que jefes y empleados.

Entonces, cuidar la salud mental en el trabajo no solo es una cuestión de empatía, sino de estrategia empresarial. Implementar políticas que promuevan el bienestar no solo mejora el ambiente laboral, sino que también impulsa la productividad y la retención del talento. Un líder que valora a su equipo como personas, no solo como trabajadores, construye una organización más fuerte, resiliente y eficaz.

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Salud mental - Ambiente laboral - Relaciones de Trabajo