Competencia interna: cuando el enemigo está en casa, pelea en la F1
miércoles, 4 de junio de 2014
Ripe
"La situación es algo difícil a nivel interno". Así de claro se mostró Nico Rosberg, piloto de equipo Mercedes AMG Petronas de Fórmula 1, tras su victoria en el GP de Mónaco hace unos días. El problema al que se refería el alemán no viene provocada por una lucha contra el resto de escuderías, sino por el dominio absoluto que ha mostrado Mercedes en lo que va de temporada, lo que ha convertido el campeonato en una lucha sin cuartel entre sus dos pilotos. "Hemos hablado y está todo bien", decía unos días después Lewis Hamilton, aunque todo hace prever que volverán a saltar chispas entre ambos este fin de semana en Canadá.
"Las luchas dentro de una empresa tienen unos efectos sobre los que luego habrá que tomar decisiones. Un directivo tiene que pensar para qué pone a competir a su gente. Si lo que busca es motivarles, quizá debería usar otros métodos. En cambio, la carrera interna sí puede servir para elegir al sucesor de un alto directivo, pero hay que tener en cuenta que previsiblemente acabará con la salida de la organización del que pierda. Si pones a un equipo de galácticos a competir entre sí tiene que suceder un milagro para que no acabe teniendo un lugar una lucha interna", asegura Guido Stein, profesor del Departamento de Dirección de Personas en las Organizaciones de IESE.
¿Quiere decir eso que la competencia interna no es buena? "Cualquier equipo tiene que aspirar a tener a los mejores, que compitan entre sí y que gane el mejor, pero sin que eso genere una pelea. La competencia puede ser destructiva, pero es buena para que nadie se duerma. Para que no acabe mal tiene que haber un patrón que esté por encima de la competición. Hay varios ejemplos de parejas que han tenido éxito en el mundo de la empresa", opina Ceferí Soler, profesor del Departamento de Dirección de Personas y Organización Esade.
Una de las claves para que esa lucha no tenga efectos desastrosos es tener en cuenta antes de que se produzca cómo son las personas que van a competir. "Deberán ser maduros y psicológicamente fuertes. Estas situaciones te meten una presión adicional y es necesario tener el carácter necesario para que eso no se traduzca en envidias y recelos", mantiene Guido Stein, que da una clave para que eso no suceda: "Lo ideal es crear un grupo en el que cada uno luche consigo mismo. Hay que competir, pero no de forma excluyente, sacando lo mejor de cada uno, pero no a costa del otro. Y eso es una labor de orfebre para cualquier jefe".
Y es que ninguna empresa gana dinero, al igual que ninguna escudería gana una carrera, sólo gracias a una persona. "Hay líderes de equipo como Iniesta o Casillas que saben eso y el reto es que gente más individualista como los pilotos de Fórmula 1 también lo entiendan. Rosberg y Hamilton no ganarían sin sus mecánicos, deben de saber que les necesitan y que sin el equipo no tendrían éxito", asegura Ceferí Soler.
Dicho eso, en cuaquier empresa se compite, contra uno mismo y contra el resto, algo que explica bien Ceferí Soler: "Como me dijo un alto directivo, sólo hay una cosa que te salva de no cumplir el presupuesto y es que salgas por encima de los demás que tampoco lo han cumplido".