Alta Gerencia

Crear redes empresariales es fácil; el reto está en hacer que funcionen

Teresita Celis

En Colombia y el mundo las llamadas redes empresariales ya son un esquema probado y sus resultados dejan ver concentración de sinergias, mayor competitividad y efectividad en los negocios, siempre y cuando funcionen adecuadamente.

Pero los celos, el egoísmo, el miedo a compartir información y la desconfianza, son entre otros los palos en las ruedas en su implementación. Los esquemas de asociación a pesar de sus bondades, no siempre funcionan bien, les cuesta madurar y en ciertos casos fracasan. En síntesis crear las redes es fácil pero hacer que funcionen es el reto.

Pero ¿qué es una red empresarial? Pablo Renato Gutiérrez, el gerente de proyectos de la firma consultora Fivepel S.A.S, las define como “una ampliación de la estructura del sistema de negocios de las organizaciones que va hacia una articulación con otras empresas e instituciones que aportan conocimientos, capacidades y recursos requeridos para innovar, mejorar la productividad, las ventas, la relación con el cliente y el desarrollo de experiencias, entre otras”.

En palabras simples, dice, son una relación en permanente desarrollo cuando uno o más personas deciden trabajar por propósitos comunes

“Las necesidades que aparecen en el mundo empresarial son infinitas para crear redes. No hay una única razón. Y pongo un ejemplo: en el Eje Cafetero hay una red de empresas asociados a una gran firma que es Mabe (línea blanca). Dentro de las estrategias de la multinacional está tercerizar parte de las piezas de los componentes de los productos que elabora, es decir, las neveras. Eso dio origen a confirmar un grupo de proveedores con firmas existentes y nuevas que articuladas integran una red de metalmecánica y plásticos. Pero hay redes como el sistema universitario para buscar propósitos comunes, o de emprendimiento en las cuales se articulan los gremios, las incubadoras, los parques tecnológicos en función del acompañamiento a la creación de nuevas empresas”, sostuvo.

¿Cómo se conforman?
Para Gutiérrez desde la perspectiva empresarial, las redes deben nacer de una revisión de lo que es el sistema de negocio de las compañías y de qué es lo que se quiere mejorar; si es para tercerizar procesos, para mejorar la estrategia o tener mapas tecnológicos. Pueden surgir para proveer a una gran empresa o por la unión de varias firmas del mismo tamaño que buscan lograr sinergias. Se recomienda que tengan fines comunes y que pertenezcan al mismo sector o a varios pero que faciliten la complementariedad.

¿Y para qué sirven?
El asesor en temas de competitividad empresarial, Ángela Quintero, señaló que sirven para compartir experiencias, desarrollos, investigación de mercados y estrategias comercial. “Hay de turismo, metalmecánica, agroindustria, biotecnología y es muy importante avanzar en conocerse entre ellas mismas para mirar cómo pueden lograr una complementación y eficiencias”, indicó.

Otros beneficios están en que impacta positivamente las finanzas, ayudan a disminuir costos, al desarrollo de productos y servicios, al perfeccionamiento de una estrategia comercial.

Gutiérrez adelantó una investigación en un grupo de empresas del Eje Cafetero y en ella identificó once categorías que se deben tener en cuenta para las redes empresariales. El consultor se refirió a cuatro específicas.

1. Tener buenas bases: se logra generando confianza entre todos los miembros de la red y es más fácil con empresas del mismo tamaño o parecidas.

2. Colaboración: se ha encontrado que aunque hay voluntad para conformar la red, cuando llega el momento de dar y de compartir la gente se frena. “Nuestros empresarios, en su gran mayoría, se han hecho a pulso y de repente deben compartir lo que conocen y ahí se ponen las barreras. Pero hay que tener un espíritu de colaboración”, dijo.

3. Esquemas de gobierno: esto es alguien que lidere, motive, impulse y que se fije un objetivo de largo plazo que sea motivante y jalonador de acciones.

4. Estructura: hay que definir si se va a tener un sólo líder que dirija la red o si todos la operarán. Daniel Cravacuore, asesor argentino en temas de competitividad territorial, quien fue conferencista junto con Quintero y Gutiérrez, en el Congreso Internacional de Innovación y Negocios realizado por la Oficina de Egresados de la Universidad de Caldas, tiene también su concepto sobre las redes empresariales y señala que los procesos de innovación para la competitividad territorial requieren de aprendizajes sinérgicos.

“No creo en una empresa salvadora de un territorio. Debe haber una aprendizaje entre las firmas de un territorio, desde la más pequeña hasta la más grande. Digo a los empresarios de las grandes industrias que ejerzan su responsabilidad social trabajando con otros empresarios en proveeduría, por ejemplo, para ayudar a los más débiles”, sostuvo.

Los cinco mitos que se deben derribar
Según el asesor Ángelo Quintero, lo que se ve en el ámbito local es un aislamiento empresarial y esto limita el crecimiento. Por ello hay que derribar mitos. Uno, dejar la desconfianza. Si bien puede haber competencia entre los miembros de la red hay que cooperar. Dos, perderle el miedo a intercambiar conocimientos e información. Tres, no pretender saberlo todo ni tenerlo todo. Las redes busca repotenciar las fortalezas. Cuatro, se debe aprender a competir y a cooperar y cinco, la innovación no se hace sola. Hay que abrirse para buscar recursos, oportunidades, capacidad y conocimientos.

Las opiniones

Ángelo Quintero
Asesor en Competitividad Empresarial

“Lo que se ve en el ámbito local es que las empresas se están excluyendo. Quieren hacer todo solas. Se aíslan y por consiguiente no hay innovación, ni desarrollo y no se ve el crecimiento empresarial”

Daniel Cravacuore
Asesor en temas de Competitividad Empresarial

“No creo en una empresa salvadora de un territorio. Deben haber sinergias entre todas las empresas para construir redes entre grandes y pequeñas empresas. Todo debe enfocarse en buscar la competitividad territorial”