Educación

De cara al futuro de la educación

La inclusión en términos de cobertura y acceso y la construcción de espacios seguros para garantizar la expresión de las diferentes formas de diversidad, entre los retos actuales del sistema educativo

Sergio Pulgarín

Si bien la comprensión de la educación como elemento fundamental para el desarrollo y transformación de cualquier sociedad resulta ser una premisa vigente y robusta en el contexto global, las transformaciones en materia de sostenibilidad, tecnología y oferta laboral en el mundo abren la puerta a reflexionar sobre la manera como los sistemas de educación reaccionan y se adaptan, no solo al desarrollo de nuevas competencias, sino también a las nuevas formas sociales aceleradas por la transformación digital.

Bajo estas consideraciones, a continuación, comparto algunos aspectos que considero centrales para abordar el futuro de la educación en Colombia.

En el marco de la reciente Conferencia Mundial de Educación Superior de Unesco, celebrada en Barcelona en 2022, uno de los propósitos centrales fue la consolidación de una agenda común alrededor de los principales desafíos en materia de educación para los próximos años.

Si bien las temáticas son diversas, la inclusión resulta ser uno de los ejes centrales del debate, no solo por su articulación con la premisa de democratización y equidad de la educación como elementos esenciales para la transformación de la sociedad, sino también por los desafíos tecnológicos y sociales que esta conlleva.

Al considerar el rol de la inclusión en la educación del mañana, quisiera dividir el análisis en dos dimensiones: por un lado, una dimensión estructural que aborda la inclusión en términos de cobertura y acceso, y por el otro, una dimensión cultural que aproxima a la inclusión como la construcción de los espacios seguros para garantizar la expresión de las diferentes formas de diversidad en las instituciones de educación superior.

Si bien existen desafíos muy interesantes en el ámbito estructural relacionados con conectividad, cualificación profesoral e infraestructura para la enseñanza, me concentraré en la dimensión cultural para compartir mis reflexiones. La educación del mañana incorpora una cultura de inclusión apropiada y vibrante en todos los espacios y con todos los actores relacionados con las comunidades educativas.

Esto significa que tanto profesores como estudiantes reconocen las distintas formas de diversidad que se expresan a lo largo y ancho del campus, y, de hecho, las entienden como una forma de recrear la universidad más allá del contexto de las disciplinas y sus carreras.

Al mismo tiempo, las universidades ya contarán con programas e iniciativas robustas para facilitar la construcción de esta cultura, que va desde la actualización de sistemas de información inclusivos hasta la creación de espacios seguros para la educación de todas las personas.

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