El compliance es la tabla salvavidas para empresas en la era del escándalo viral
miércoles, 6 de agosto de 2025
El escándalo desatado por dos altos ejecutivos de Astronomer pone de presente la necesidad de contar con guías y filtros éticos
Hacerse viral puede ser el sueño de toda empresa, pero siempre y cuando ese eco mediático se produzca por las razonas correctas. Todo lo contrario le ocurrió a Astronomer, compañía que se hizo tendencia en redes sociales y noticieros luego de que su CEO, Andy Byron, fuera captado en un affaire con su compañera de trabajo, Kristin Cabot, directora de recursos humanos.
El grueso de los internautas no sabía que era Astronomer o que vendía, pero los reels, las historias y los contenidos se dieron un festín con la embarazosa situación de los ejecutivos; captados por la kiss cam durante el concierto de Cold Play en el Gilette Stadium, de Boston, el pasado 16 de julio. El acercamiento entre ambos hubiese pasado desapercibido si no estuvieran comprometidos con otras personas.
¿Y si fuera su empresa la que se ve envuelta en una trama similar? Al plantearse esa pregunta, el tema ya no es gracioso y mas bien pone de presente la necesidad de estructurar y llevar a la práctica una política organizacional que promueva los valores y prevenga líos de reputación. Todo esto está incorporado en el compliance, un término que viene del inglés y significa literalmente “cumplimiento”. En el mundo empresarial y financiero, se refiere al cumplimiento de normas, leyes y políticas internas por parte de una empresa y sus empleados.
Carlos Ortega, director de Business Innovation de Prime Business School de la Universidad Sergio Arboleda, indicó que "un programa sólido de cumplimiento minimiza sanciones y multas, salvaguarda la reputación corporativa —como evidenció el caso Astronomer, donde un incidente público afectó seriamente el valor de la empresa— y se convierte en un sello de confianza que atrae tanto inversión como talento".
¿Cómo se puede trabajar el compliance? El experto hizo una lista con cinco recomendaciones básicas:
- Identificar riesgos: mapear dónde puede fallar la compañía (fraude, conflictos de interés, acoso, datos, medio ambiente)
- Crear reglas claras y fáciles de aplicar: códigos de conducta, políticas de relaciones laborales, uso de datos, regalos y viajes
- Capacitar y comunicar: todos entienden mejor si se explica en lenguaje sencillo y con ejemplos reales: “cómo actuar en eventos sociales”
- Abrir canales confidenciales de denuncia: línea ética, correo o app donde la gente reporte sin miedo
- Monitorear y corregir: auditorías, métricas y planes de acción rápidos cuando algo se desvía
Lewis Quintero Beltrán, PhD en Administración Gerencial y docente de la Facultad de Administración de Empresas de la Universidad Pontificia Bolivariana, UPB, coincidió en que "una organización madura, debe comunicar de manera clara cuáles son los valores que ha definido para la organización".
"Además, desde la alta dirección se debe liderar con el ejemplo, es decir, establecer una serie de expectativas que sean claras, pero sobre todo, fomentar un aspecto que es relevante y es la comunicación abierta, reconocer el buen desempeño y promover la transparencia en la organización como un elemento determinante", añadió.
¿Cómo se estructura un programa de compliance?
Un programa eficaz, de acuerdo con el profesor Ortega, se apoya primero en el gobierno, con respaldo explícito del directorio y la alta gerencia mediante un comité de ética y presupuesto propio; luego desarrolla políticas y controles que incluyen un código de conducta, guías de conflicto de interés, filtros de terceros y registros de regalos o viajes, liderados por el oficial de cumplimiento junto con las áreas operativas; y finalmente contempla la verificación y mejora continua, que implica auditorías internas, encuestas de clima ético y reportes periódicos al board para ajustar procesos tras cualquier incidente, bajo la coordinación de Auditoría Interna y el compliance officer.
Todos estos aspectos, tal como lo señaló el docente de la UPB, "ayudan a construir una cultura organizacional, pero que no solo sea una cultura que se cuente, sino sólida y coherente, para que los empleados y todos aquellos colaboradores que tenemos se sientan conectados con la misión y la visión de la organización, incluso con el propósito superior que se tiene definido".