El género femenino es empleado para las tareas domésticas, según Cepal
miércoles, 6 de febrero de 2019
Tres de cada 10 trabajadoras en la región está en labores de enseñanza, salud y cuidado
Sebastián Montes
Las oportunidades laborales en América Latina aún se ven segmentadas según el género. Así lo demostró el más reciente informe de distribución laboral en la región de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en el que se comprueba que la inserción de las mujeres al entorno profesional se ve limitado a sectores y ocupaciones específicos.
Con base en encuestas de hogares en 16 países de América Latina se pudo constatar que la mayor fuente de empleo para las mujeres está en el sector de cuidado remunerado, que abarca labores centradas en enseñanza, salud, asistencia social y empleo doméstico. Las cifras de la Cepal destacan que 27,7% del grueso laboral femenino trabaja en dichos campos.
La institución explicó estos resultados como “una extensión del papel que se les asigna a las mujeres como cuidadoras al mercado laboral”, lo que también ha provocado desigualdades arbitrarias hacia las trabajadoras en lo referente a brechas salariales, condiciones laborales y acceso a cargos de mayor responsabilidad.
Según el investigador del observatorio laboral de la Universidad del Rosario, Iván Jaramillo, este es “un tema cultural”, por lo que es un tema cuya solución se remite a políticas públicas e intervenciones para invertir esos patrones de lógica machista.
Horas no remuneradas
Uno de los factores donde se registra mayor inequidad entre hombres y mujeres es en la cantidad de horas laborales no remuneradas. Mientras que el grueso laboral masculino ve más de 50% de su tiempo de trabajo reconocido en su salario, sucede lo contrario con la población femenina.
De acuerdo con datos de tiempo promedio destinado al trabajo remunerado y no remunerado de horas laborales semanales para una población mayor a 15 años de edad, la Cepal destaca que el tiempo de trabajo no reconocido a las mujeres en su salario se ubica entre 54% y 74% del total, sobrepasando la mitad en todos los casos.
Los países donde más preocupa este fenómeno son México y Costa Rica, pues las mujeres trabajan más de 70 horas en promedio en ambos países. A su vez, el porcentaje de tiempo no remunerado llega a 72% en los dos escenarios. Solo Argentina los supera con 74%, aunque allí las mujeres solo trabajan 57,6 horas a la semana en promedio, según el informe.
Uno de los casos menos serios se registra precisamente en Colombia, pues el país hace parte del top cinco con el porcentaje más bajo de horas no remuneradas para las mujeres con 61%. Lo superan Brasil con 54% y Panamá con 57%, iguala con Paraguay y rebasa a Uruguay con 62%.
Para el decano de Economía de la Universidad Externado de Colombia, Julián Arévalo, ese escenario “es muy grave y es el resultado de la falta de énfasis que se ha dado a los temas de género en la economía”.
En los reportes de la Cepal se especifica que las funciones incluidas en el porcentaje de trabajo se desarrollan mayoritariamente en la esfera privada. Además, destacó que dicha cifra se mide “cuantificando el tiempo que una persona dedica a trabajo para autoconsumo de bienes, labores domésticas y de cuidados no remuneradas para el propio hogar o para apoyar a otros hogares”.
Índices de desigualdad
Fuera de la escena laboral, el panorama social para América Latina registrado en 2018 también genera preocupación. De acuerdo con los últimos resultados del Índice de Desigualdad de Gini en 2017, incluidos en el reporte de enero de la Cepal, la región cuenta con una tasa de 0,47 en una escala de 0 a 1, siendo cero perfecta igualdad y uno desigualdad total.
En ese aspecto, Colombia si muestra una imagen preocupante, pues sus indicadores de desigualdad llegan a 0,51, la segunda cifra más alta entre 15 países de América Latina en 2017. El país iguala los indicadores de Panamá y solo es superado por Brasil con 0,54.
Dicho análisis también refleja que, en escenarios como el de pobreza y pobreza extrema, se registra una mayor incidencia entre las mujeres que entre los hombres, en el caso de las personas que oscilan entre 20 y 59 años de edad.
Ante ese escenario, la Cepal destaca que “si no se implementan las políticas públicas adecuadas, las mujeres corren el riesgo de quedar excluidas de los beneficios de los empleos del futuro y de una igualdad social y cultural”.
La amenaza que presentan las nuevas tecnologías
Ante la posibilidad de que una buena parte de la población a cargo de los cuidados tendrá que empezar a interactuar con las nuevas tecnologías asociadas a dispositivos inteligentes para el hogar y la salud, la Cepal destaca que esto llevará a una reestructuración profunda de los empleos, que también afectará a sectores como el comercio y la industria manufacturera, que tienen altas probabilidades de automatizar actividades. Hay que destacar que ambos sectores emplean 33,5% de las mujeres ocupadas.