El valor de lo intangible
viernes, 14 de julio de 2023
La única manera de pasar a un siguiente nivel de competitividad es apostando por los activos “intangibles” de nuestra organización, y el talento humano es uno de esos activos que otorga valor
Adriana Mosri
En un entorno competitivo, volátil y cambiante como en el que vivimos hoy en día, las empresas estamos llamadas a tener un desempeño excepcional, donde cumplamos con un propósito superior que esté al servicio de los consumidores, clientes y comunidades de manera integral. La única manera de pasar a un siguiente nivel de competitividad es apostando por los activos “intangibles” de nuestra organización, y el talento humano es uno de esos activos que otorga valor. Los colaboradores que creen en la organización a la que pertenecen, que entienden la conexión de su propósito personal con el de la empresa, se convierten en habilitadores de la innovación, la productividad y el éxito sostenible de la compañía.
Y es que en un mundo que se mueve a un ritmo vertiginoso, con nuevas tendencias como la inteligencia artificial, el poder de las redes sociales y los modelos de trabajo híbridos, se vuelve esencial invertir en el desarrollo continuo de los empleados para asegurar que estén preparados para enfrentar los desafíos del ahora y el futuro. La organización tiene la responsabilidad de promover espacios seguros y de crecimiento tanto personal como profesional.
Los nuevos entornos laborales han traído consigo cambios de paradigmas y de prioridades. De acuerdo con un estudio realizado por Betterfly, una plataforma de bienestar laboral, más de 90% de los trabajadores afirma que el bienestar es un aspecto clave para comprometerse con su compañía, esto incluye ser parte de un equipo de trabajo en donde exista buen clima laboral, sentirse feliz al momento de desarrollar sus tareas y contar con el apoyo de la organización hacia su salud financiera, mental y emocional.
Impulsar una cultura en la que los empleados se sientan valorados y entiendan cómo sus contribuciones individuales suman a un propósito superior es importante, y nos ha permitido en Kimberly-Clark atraer y retener a los mejores talentos para asegurar una ventaja competitiva en el mercado. De hecho, cada organización debe establecer estrategias para fomentar un ambiente de trabajo inclusivo y colaborativo, donde todos se sientan valorados y respetados.
Implementar programas de formación y planes de desarrollo profesional es un gran incentivo y suponen un valor añadido para mejorar la productividad día a día de la organización, a través del mejoramiento de procesos. Así mismo, beneficios en forma de “salario emocional” como flexibilidad horaria, descuentos en productos, seguro médico, entre otros, son algunos beneficios que facilitan la vida del empleado y que cuidan de su bienestar mental, emocional y físico.
En el caso de Kimberly-Clark, otro pilar fundamental para continuar fortaleciendo el talento humano es su foco en inclusión y diversidad a través de plataformas como #SheCan que, tiene el objetivo de apoyar el desarrollo profesional de las mujeres dentro de la empresa, promover el networking para ellas a nivel regional y brindar oportunidades de acompañamiento de ejecutivas seniors. Por su parte, con el Programa Working Moms, buscamos promover y facilitar la reinserción de mujeres que tomaron una pausa para dedicarse a su rol de madres, pero desean volver al mundo laboral.
Por último, pero no menos importante, transmitir un liderazgo consciente, que tenga un balance entre la búsqueda de un desempeño excepcional y el cuidado de los colaboradores es ahora más relevante que nunca, pues aquellos líderes que tienen en cuenta las diferencias, motivaciones y emociones de sus colaboradores, logran una cultura poderosa base para una estrategia corporativa exitosa.