Esta es una guía básica, de la familia más rica del planeta, que debe tener en cuenta al invertir
martes, 20 de agosto de 2019
Sus inversiones de alto perfil marcan un cambio con respecto a la generación anterior, que ahora están en los 60-70 años
Diario Financiero - Santiago
Sam Walton probablemente estaría desconcertado por los negocios que sus nietos han elegido, aunque es probable que el difunto fundador de la mayor fortuna familiar del mundo hubiese aplaudido su iniciativa.
Su nieto Ben Walton, de 44 años, es propietario de Zoma Capital, que realiza inversiones en áreas como energía y agua. Sus primos Steuart y Tom compraron Rapha, una marca británica de ciclismo, por un total de US$225 millones en 2017. Ropeswing Group, de propiedad de Tom, opera una variedad de restaurantes en Bentonville, Arkansas, que ponen su foco en los millennials.
Sus inversiones de alto perfil marcan un cambio con respecto a la generación anterior, que ahora están en los 60-70 años. Pese a su enorme riqueza, Alice, Jim, Rob y el difunto John Walton mantuvieron sus inversiones y emprendimientos mayormente en secreto. Pero eso está cambiando a medida que los Walton más jóvenes ejercen más influencia.
Las señales más visibles se pueden observar en la ciudad natal de la familia. Bentonville cuenta con un puñado de bares y restaurantes a la moda, incluyendo el Holler, un establecimiento de tamaño de almacén con carriles de tejo y hamburguesas de origen vegetal, y Undercroft, un bar clandestino ubicado debajo de una iglesia histórica que ahora es un restaurante de lujo.
Todos son parte de Ropeswing, cuyo objetivo es convertir a Bentonville en un destino para trabajadores jóvenes y sus familias. Senderos para bicicletas que crucen las afueras de la ciudad son el primer paso en los planes de Tom y su hermano Steuart, ambos en su tercera década de vida, para convertir a Bentonville en una meca del ciclismo, mientras que Steuart cofundó una empresa que fabrica aviones acrobáticos y de gira. Un miembro de la familia Walton no revelado ahora forma parte del directorio de FoodMaven, una startup que vende alimentos excedentes con descuento, en la que la familia tiene una inversión.
Hay otras señales de la creciente influencia de la generación más joven. Tres de los cinco miembros de la junta directiva de la fundación familiar ahora provienen de ese séquito. Figuran Lukas Walton, de 32 años, quien tiene derecho a votar las unidades generales y limitadas en Walton Enterprises de los bienes de su padre, según documentos judiciales. Steuart reemplazó a su padre Jim, de 71 años, en el directorio de Walmart en 2016.
Kiki McLean, vocera de la familia, declinó hacer comentarios.
Gestionar tales transiciones generacionales es una de las principales prioridades para las familias más ricas del mundo. Se espera que se transfieran alrededor de US$3,4 billones en riqueza multimillonaria en las próximas dos décadas, indicó PwC en un informe de 2018, y planificar la sucesión es una preocupación importante.
No hay una guía o formato común. Mientras otras dinastías ricas como la de los Koch han tratado de mantener a miembros de la familia en la cima del negocio, los Walton han externalizado el funcionamiento de Walmart a gerentes profesionales. Steuart y su tío Rob, de 74 años, forman parte de la junta directiva de la cadena minorista, pero la mayoría de la familia extendida centra sus energías fuera de la empresa.
Por ahora, las tenencias de la familia fuera de Walmart son una fracción de su riqueza total, todavía anclada por la minorista que Sam Walton fundó en 1950. El vehículo de Walton Enterprises posee una participación de 50% en Walmart, valorada en alrededor de US$160.000 millones.
Eso está cambiando. La participación de la familia en Walmart pagó unos US$3.000 millones en dividendos durante el año pasado, mientras que Walton Family Holdings Trust ha vendido US$10.000 millones en acciones de Walmart en los últimos tres años. Actualmente, alrededor de US$40.000 millones de la riqueza de la familia se mantiene fuera de las acciones de Walmart, según cálculos de Bloomberg.
Archivos del Internal Revenue Service de Estados Unidos muestran cómo se dispersaron US$9.000 millones de la fortuna de Walton a fines de 2016. Detallan las inversiones de 21 fideicomisos creados por los estamentos de la viuda de Sam, Helen, y su hijo John.
De alguna manera, sus inversiones son un microcosmos de tendencias que abarcan todo el mercado. Predominan los fondos pasivos, con cerca de US$4.000 millones asignados a vehículos como Vanguard Emerging Markets ETF o Northern Trust Russell Index. Otros US$2.000 millones están en fondos activos.
Alrededor de US$2.000 millones corresponden a fondos de capital privado, riesgo y cobertura. El dinero se distribuye en una serie de nombres estelares, incluidos US$81 millones en AQR Capital Management de Cliff Asness, US$190 millones en Tiger Global Management de Chase Coleman y US$71 millones en Viking Global Investors de Ole Andreas Halvorsen.
La generación más joven está invirtiendo algunas de esas ganancias en sus propias y diversas empresas. Todo es parte de un enfoque que permite a la familia reposicionarse para el futuro, según Byron Trott, fundador de BDT Capital Partners, que asesora a algunas de las familias más adineradas del mundo.
"Está el liderazgo familiar a nivel de junta directiva, una gestión no familiar que lidera la empresa operativa y otros miembros de la familia que trabajan como inversionistas y empresarios innovadores", explicó.