Estrategias para impulsar el CI empresarial y otros consejos de Harvard
miércoles, 11 de octubre de 2017
Gerentes deben alabar más a su equipo de trabajo
Consejos de Harvard
No, de verdad, deja de usar las redes inalámbricas públicas
Usar redes inalámbricas gratuitas y públicas conlleva una serie de graves riesgos de seguridad, pero muchos de nosotros lo hacemos de todas formas. Para minimizar la probabilidad de que te roben tu dinero o tu información financiera, sigue los pasos que vienen a continuación. Primero, si estás conectado a una red inalámbrica pública, no compres en línea, no te conectes a una institución financiera ni tampoco ingreses a otros sitios susceptibles. Utiliza una red privada virtual (VPN por su sigla en inglés) para crear una red dentro de otra red, con lo cual mantendrás encriptado todo lo que hagas. Para los sitios susceptibles, establece autentificación de dos factores para que, incluso si hubiera hackers que quisieran robarte las contraseñas de tu banco, tus redes sociales o correo electrónico, estos no puedan conectarse. Además, apaga la característica de conectividad automática a una red inalámbrica de tu teléfono, así no buscará puntos de conexión. Lo más importante es recordar que unos cuantos momentos de comodidad en línea no valen los riesgos de poner en peligro tu información personal.
(Adaptado de “Why You Really Need to Stop Using Public Wi-Fi”, de Luke Bencie)
Gerentes, alaben más de lo que creen que deberían hacerlo
Una de las tareas más difíciles para un gerente: dar retroalimentación. Muchos jefes lo encuentran estresante y complicado, pero la causa podría ser que se concentran en criticar y corregir errores, cuando deberían ofrecer retroalimentación positiva. De hecho, una investigación reciente muestra que las personas perciben que los líderes son más eficientes cuando dicen elogios. Lo que sea que te esté deteniendo para ofrecer halagos (¿el deseo de que te consideren fuerte?, ¿el miedo de que tu empleado se vuelva flojo?), supéralo. Desarrolla tus capacidades para decir halagos de forma proactiva. No hay problema si la alabanza es breve: solo debe ser específica, en vez de un comentario general como “buen trabajo”, e idealmente debería suceder poco después de que la persona haya conseguido aquello por lo que la estás halagando. Además, por supuesto, es mejor cuando el elogio es sincero y amable.
(Adaptado de “Why Do So Many Managers Avoid Giving Praise?”, de Jack Zenger y Joseph Folkman)
Antes de una conversación difícil, prepárate para escenarios múltiples
Cuando debes tener una conversación tensa, no la enfrentes sin prepararte. No puedes saber cómo se va a desarrollar la plática, así que piensa bien en algunos posibles escenarios antes de tiempo. ¿Qué sucedería si la persona con la que hablas se altera y llora? ¿Qué pasa si se enfada? ¿Y si te interrumpen o necesitas terminar rápidamente la conversación? Por supuesto que no puedes escribir un guión para cada eventualidad, pero considerar tantas como te sea posible te ayudará a asegurar que no te golpeen por el lado ciego y puedas perder la calma. También podrías encontrar un colega de confianza con el cual pudieras reproducir algunos escenarios. Intenta diferentes estrategias y prueba frases que podrías utilizar para varias posibilidades. Después pide a tu colega que te brinde retroalimentación.
(Adaptado de “HBR Guide to Dealing with Conflict”, de Amy Gallo)
Si te apresuras para tomar decisiones, pregúntate por qué lo haces
Al tomar decisiones de forma muy apresurada es más probable que termines obteniendo soluciones miopes o superficiales. Sin embargo, si te tardas demasiado en decidir, podrías perderte oportunidades. ¿Cómo puedes alcanzar un equilibrio? Intenta mantener un sentido de urgencia mientras también te tomas el tiempo para reflexionar. Piensa qué es lo que te está atrapando en el modo “demasiado veloz” al momento de tomar decisiones. Tal vez te apresuras a terminar una reunión importante solo para llegar a la que sigue. Puede ser que estés haciendo muchas cosas a la vez y no le estés prestando toda tu atención a ciertos asuntos. O quizás estás aceptando proyectos cuando deberías rechazarlos. Este tipo de trampas te mantienen atrapado en “modo de priorización”, el cual provoca que tomarte el tiempo para reflexionar sobre tus intenciones y acciones se sienta como un lujo que no te puedes dar. Si eres capaz de ubicar tu trampa, puedes detener los hábitos contraproducentes que te mantienen en un estado constante de gran urgencia. Después, puedes introducir momentos de reflexión para tomar decisiones meditadas.
(Adaptado de “How to Act Quickly Without Sacrificing Critical Thinking”, de Jesse Sostrin)