Alta Gerencia

Innovar: la estrategia para no desaparecer

Andrés Julián Gómez Montes

Este viaje lo inicié con mi sombrero de turista, pero no podía hacerlo abandonando mi sombrero de consultor. A lo largo de este viaje, tomé cuatro aviones de esta empresa y la verdad es que quedé bastante decepcionado. Aunque no puedo criticar elementos como la seguridad de los mismos, pues el récord es muy bueno, así como su plataforma de internet que es de primer nivel, sentí como si hubiera viajado no a Estados Unidos, si no al pasado. La pobre innovación de esta empresa se nota y en parte por esto han estado a punto de desaparecer en un par de ocasiones.

La mayoría de aerolíneas que existen en América Latina, en especial las que viajan dentro de Colombia, como Avianca, Lan y Copa, se han estado renovando permanentemente en las últimas décadas y han sido muy innovadoras. Por ejemplo, con Avianca que es la aerolínea que más utilizo, es extraño subirse a un avión que no cuente con pantalla de televisión individual y entretenimiento abordo. Además son aviones muy recientes, de última tecnología. Incluso hace un par de semanas varios medios de comunicación informaron que la aerolínea había cerrado un trato para modernizar aún más su joven flota.  Desde hace varios años, sé que cuando viajo con Avianca y otras aerolíneas locales y regionales, lo hago en aviones muy modernos. En parte podría decir que estas aerolíneas nos han malacostumbrado. De esta forma, cuando me subía a los viejos aviones de AA, sentí ese regreso al pasado, a aviones que fácilmente pueden tener entre 25 y 35 años de servicio. Cuando me subí al primer avión de AA, me llamó la atención un par de cosas.  Me percaté de las pantallas de televisión en el pasillo, que no son de las modernas y planas, si no de las viejas gordas y pesadas. La última vez que había visto esto, fue en un avión de Avianca en  2009.

Otros dos elementos que me llamaron la atención fue el color amarilloso de las paredes del avión, así como de las sillas bordadas. Con todos estos elementos, recordé vivamente la saga original de Mi Pobre Angelito, entregas 1 y 2, de 1990 y 1992. Para mí es claro que lo que se refiere a comodidad de cabinas, AA se quedó en 1990.Es cierto que AA en los últimos años empezó una actualización de sus aviones, que tomará muchos años y que al parecer, Colombia no es una de sus prioridades. Hasta que esto no cambie, intentaré evitar viajar con esta aerolínea, que en mi percepción, quedó en el pasado y la competencia ofrece mucho más, usualmente por el mismo costo.

Esto incluso lo hablé hace varios años con un exempleado de la empresa, que me dio la razón. AA es la aerolínea comercial que tiene más aviones en el planeta, un número cercano a los 1.000. Cambiar por completo esta flota es algo complejo y muy costoso. Sin embargo, si hubieran empezado hace 10 años, cuando lo hicieron otras aerolíneas, ya habrían acabado.

Igualmente se debe entender que AA recibió un nocaut con los atentados de 2001, que prácticamente los dejó sin reacción por años. Vivieron complejos procesos de quiebra, uniones y más. Es decir, situaciones muy difíciles, pero que con un buen manejo habrían salido adelante más rápido.

Ansío mucho montarme en un avión de AA, pero de los nuevos, no de los de 1990. La vida da golpes duros, pero toca recuperarnos. La innovación no acepta estas excusas y si no atendemos las necesidades del mercado, él mismo nos “pasará factura” y nos dirá que ya no somos necesarios.