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Por qué su marca personal no puede irse de vacaciones

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Cuando las redes sociales y profesionales no formaban parte de nuestras vidas, era posible desaparecer y parecer un cangrejo ermitaño. Hoy resulta imposible, y el mismo escaparate de las redes, que nos aportan un valor añadido y una marca personal y profesional, se convierte en una ventana indiscreta que habla de lo que somos, de lo que hacemos y sabemos, las 24 horas, los siete días de la semana.

Resulta prácticamente imposible cerrarla o suspenderla, porque la identidad que hemos construido y la actividad que desarrollamos no se puede detener en vacaciones, o cuando nos convenga. Ni siquiera cuando se queda desempleado podrá disimular ni ocultar su realidad, porque esa falta de actividad en las redes, o los cambios que se reflejan en éstas, hablan de su situación personal y profesional.

Guillem Recolons, socio de Soymimarca, recuerda que "es indudable que Internet ha roto las barreras de la comunicación personal. Si decide abandonar su marca en la red podrá irse tranquilamente de vacaciones. Nadie lo va a molestar, pero quizá no sepa que al otro lado hay personas hablando de usted, y no siempre bien. Hoy, no estar en las redes es algo más que un lujo, podría ser incluso una imprudencia". Recolons añade además que "todo lo que hemos escrito, contestado, publicado en forma de fotografías o vídeos en internet no descansa, sigue activo, y continúa generando me gusta y no me gusta, comentarios positivos y negativos".

El escaparate de las redes es una ventana indiscreta que habla de lo que somos las 24 horas del día

Andrés Pérez Ortega, consultor en posicionamiento personal, explica que "hay profesionales que no quieren saber nada de actividades que se asocian con su trabajo. Y no se dan cuenta de que ambas son indisociables. Hay profesionales de las relaciones públicas que dicen que en vacaciones no quieren hacer networking, gente de márketing que no quiere saber nada de redes sociales; jefes de proyecto que no están dispuestos a planificar nada; o periodistas a los que ni se les pasa por la cabeza escribir un blog... Porque lo asocian con su trabajo".

Pérez cree que las vacaciones son el momento perfecto para tejer una red de contactos sin presiones y por el simple placer de hacerlo.

Más valor
Durante el resto del año apenas nos queda tiempo ni ganas de hacer cosas que refuercen nuestro valor como profesionales. Andrés Pérez señala que "las vacaciones son un momento excelente para dar un impulso a nuestra profesión, dedicándonos a lo que más nos gusta y comunicándolo por todos los medios posibles. Sin tanta presión, podemos aprender y transmitir aquello que nos apasiona. Es el momento de trabajar para nosotros haciendo lo que sabemos hacer y posicionándonos de una forma más directa, personal y real en otras personas". Aquí lo ideal es no pensar en que lo que haces es bueno para tu empresa, sino contemplar que el principal beneficio va a ser para usted.

Recolons añade que "la marca personal digital no duerme ni se va de vacaciones. Esa podría ser la mala noticia. La buena es que ahora casi todos disponemos de un smartphone que nos permite conectarnos desde cualquier lugar del planeta, por lo que siempre podremos salvar un problema de reputación, pillar al vuelo una oportunidad de negocio o enterarnos de cualquier situación personal que tenga que ver con un amigo".

La frontera entre lo profesional y lo personal se desdibuja en progresión geométrica

El experto apunta que la frontera entre lo profesional y lo personal se desdibuja en progresión geométrica, y eso también contribuye a que podamos seguir con nuestro modo networking en modo on durante las vacaciones.

La marca que no duerme
Andrés Pérez asegura que "la marca personal no duerme. Hay quien piensa que es algo que se tiene, pero en realidad es algo que se deja. Es la huella que imprimimos en los demás. Cada vez que nos relacionamos con alguien, la huella se refuerza o debilita. Y las vacaciones pueden ser una bendición o un drama para la marca personal de un profesional".

El experto en posicionamiento personal explica que "subir una foto a Twitter trabajando en la playa con el portátil, escribir una serie de posts en el blog hablando de los libros que estás leyendo en vacaciones o aparecer organizando una paella en el campo con un grupo de amigos relacionados con su profesión va a producir un efecto en la forma en que le perciben".

Aclara que "la foto del portátil en la playa puede transmitir una imagen de workaholic, los post sobre sus lecturas quizá lo posicionen como alguien que trata de actualizarse al tiempo que aporta valor; y la reunión con profesionales de su sector en un entorno distendido transmite cercanía y lo asocia con gente valiosa. Salvo que se retire a un lugar aislado, sin contacto con otras personas y además no se lo diga a nadie, puede asumir que cualquier cosa que haga puede saberse. En lugar de tratar de esconderse, debería aprovecharlo".

El momento adecuado para la vida real
Las vacaciones pueden suponer una oportunidad para enfrentar el mundo real con el 'irreal' de las redes. Andrés Pérez Ortega recuerda que, durante el curso, el ordenador, la tableta o el móvil son nuestros elementos principales de comunicación, promoción y márketing personal. Las vacaciones nos permiten despegarnos de todo eso y establecer esas mismas relaciones en el mundo real.

- Su marca es lo que los demás saben que es, o lo que creen que es. Es la huella que dejas en los otros. Lo importante es que quien hable no sea sólo usted, sino que lo haga quien lo sigue y lo conoce realmente.

- El número de seguidores o la popularidad que obtengas en cualquier red social ya no son elementos diferenciadores, porque ser muy visible en el mundo 2.0 no lo convierte en un buen profesional. Para que lo tengan en cuenta y consiga posicionarse como experto lo importante es que lo sea realmente.

- Resulta absurdo dedicar el 90% de nuestro tiempo a la visibilidad. Ser muy visible en el mundo dospuntocero no lo convierte en un buen profesional. Simplemente será más conocido, y no siempre.

- Lo que dice que es y aquello de lo que presume en Twitter, LinkedIn o Facebook puede explotarle en la cara cuando esté delante de un entrevistador o al 'desvirtualizarse' con cualquiera de los seguidores que admiran su marca personal.