Volver a la oficina en Wall Street podrá tener un costo de US$18.000 por empleado
viernes, 19 de junio de 2020
En total, la cantidad de dinero que gastarán para que los empleados trabajen en la oficina podría aumentar hasta un 50%
Bloomberg
Después de tres meses de confinamiento, Wall Street se está preparando para volver a la oficina. Pero mantener el lugar de trabajo libre de coronavirus no será barato.
Los sistemas de aire acondicionado deben estar equipados con mejores filtros y utilizar más aire del exterior. Es posible que se tengan que agregar tapas dentro de los baños para evitar la propagación de micropartículas con coronavirus de los inodoros. Deberán colocarse bidones de basura en entradas y salidas para que los empleados tiren las máscaras.
Esos son solo algunos de los cambios que se espera que introduzcan las empresas financieras, al igual que gran parte del resto de las compañías estadounidenses. En total, la cantidad de dinero que gastarán para que los empleados trabajen en la oficina podría aumentar hasta un 50% debido a cambios relacionados con el coronavirus, según una estimación de Deloitte Consulting.
“Eso no es gratis y cuando se suma todo, la cantidad es significativa”, dijo Darin Buelow, quien dirige la operación de estrategia de ubicación global de Deloitte. Sin embargo, “lo van a hacer porque quieren que la gente vuelva”.
Según Deloitte, las compañías generalmente gastan entre US$7.000 y US$12.000 al año en costes de ocupación por empleado. Por lo tanto, 10.000 empleados podrían significar unos US$60 millones adicionales al año en gastos para garantizar que sus oficinas estén preparadas y sean seguras. Los mayores bancos de EE.UU. tienen esa cantidad de personal como mínimo solo en el área metropolitana de Nueva York.
A partir del lunes, Goldman Sachs Group Inc. y JPMorgan Chase & Co. comenzarán el proceso gradual de regreso de los trabajadores a la oficina. Estarán entre los 150.000 a 300.000 que se espera que regresen a Manhattan la próxima semana cuando la ciudad entre en la segunda fase de su reapertura.
Para muchas compañías, el mayor gasto estará vinculado al personal adicional en el lugar de trabajo para tomar las temperaturas de los empleados cuando entren en el edificio o para ayudar a los trabajadores que se enferman en la oficina. Muchos también contratarán personal dedicado a deambular por los pasillos para asegurarse de que las personas no se sienten demasiado juntas, se aglutinen en las salas de conferencias o caminen sin máscaras.
Los empleadores deben proporcionar máscaras y limitar el intercambio de objetos como computadoras portátiles, teléfonos y utensilios de escritura.
Los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado podrían necesitar una actualización. Muchas empresas están considerando mejoras para que sus edificios puedan traer más aire del exterior, en lugar de depender del aire reciclado para enfriar sus oficinas.
“Esta crisis ha requerido crecientes inversiones”, dijo Mark Mason, director financiero de Citigroup Inc., a los inversores en una conferencia a principios de este mes. El banco planea tener un pequeño porcentaje de empleados en julio. “Estamos en las primeras etapas de regreso a las oficinas, abriendo en estas ciudades y estados y, en cierta medida, probando la resistencia de un retorno”.
Luego están los baños.
En los últimos años, los elegantes secadores de manos reemplazaron las toallas de papel desechables como una opción más sostenible. Con el coronavirus, eso tendrá que cambiar.
“Esas cosas no son seguras”, dijo Buelow. “Los secadores de manos pueden propagar aire contaminado por todo el baño”.
Un estudio reciente también mostró que las gotitas del inodoro cuando se tira de la cisterna pueden transportar partículas de coronavirus. La falta de ventilación también es un problema.
Eso significa que las empresas tendrán que considerar si es necesario instalar tapas para evitar una posible infección, según Regina Phelps, fundadora de Emergency Management & Safety Solutions, que ha estado dando a los clientes listas de verificación detalladas para asegurarse de que sus edificios sean seguros para la reapertura.
“El cubículo de los inodoros es un problema importante”, afirmó.