El campo es la esperanza
He venido hablando de la situación actual del país con generaciones nacidas entre 1950 y 2001, y aunque tenemos pensamientos opuestos que afectan y dividen, tenemos algo que nos une, y es la necesidad de generar empleo, promoviendo el emprendimiento con inclusión social; es una conciencia colectiva que da visos de esperanza, sacando la mejor de la fibra colombiana.
Lo positivo, es el interés de todas las generaciones en ver al campo como el eje dinamizador de la economía, este es un sentimiento solidario que nace frente al indicador de pobreza rural reportado por el Dane, que de acuerdo con cifras de Fedesarrollo no sería de 42,9% (4,74 millones de personas), sino de 46,8% (5,17 millones de personas).
En ese sentido, serían 431.565 personas más las que vivieron en condición de pobreza en las zonas rurales el año pasado.
Con esas cifras nefastas, la esperanza está en apostarle a nuevas siembras y transformaciones productivas y competitivas, porque no en vano para 2020, el PIB agrícola y agroindustrial totalizó US$22.900 millones, con una participación de 10,3% del PIB nacional y un crecimiento en exportaciones agroalimentarias de 7,1%, unas de las cifras más importantes que ha tenido el sector.
Con este panorama, el llamado es a que nos dejen trabajar en el campo, que nos permitan tener materias primas para nutrir nuestros cultivos, que nos dejen sacar los tractores para arar nuestra tierra, que podamos llevar nuestras cosechas para abastecer a los hogares, que podamos exportar y nos permitan hacer más emprendimientos rurales. En solo mes y medio de bloqueos, ya tenemos pérdidas de $1,7 billones y 700.000 toneladas de cosecha no movilizada, que en productos perecederos son irrecuperables.
Sin embargo, no nos rendimos, estamos #EchandoPalante, y la mejor forma de hacerlo es invitando a que este seis de junio, celebremos el día del campesino de dos maneras: la primera es que debemos hablar también del día de la campesina, porque el decreto que declaró esa celebración es de 1965 y no incluye a la mujer campesina. Por esa razón estamos tramitando actualmente su modificación para incluirla.
Bajo esta mirada, debo anunciar que en la Corporación Colombia Internacional (CCI) nos propusimos una meta para el año 2030, la cual consiste en lograr transformar en agroempresarias a 500.000 mujeres rurales, impulsando este propósito junto con el Comité de Mujer Regional, el cual lidero desde Women in Connection, el Ministerio de Agricultura, la Fundación Bancolombia y Bancolombia, la SAC y algunos municipios del país; con esto queremos motivar a todos los actores para que se sumen y juntos alcancemos la meta.
La segunda manera de celebrar el día del campesino y la campesina, es diciéndole al país, que queremos seguir sembrando y logrando tierras productivas, queremos frenar la gran desigualdad y pobreza rural.
Para ello los invitamos a invertir en el campo, la oportunidad es ya, la capacidad de resiliencia en la ruralidad es total y podemos decir que estamos listos para seguir transformando vidas y aumentando la oferta productiva, pero en condiciones, porque según ha informado el Consejo Privado de Competitividad, Colombia se ubica en el puesto 20 de 25 en el índice de competitividad agropecuaria en América Latina.
No paramos y seguimos con fuerza porque creemos en los jóvenes agroempresarios, en los campesinos y campesinas, en los agroindustriales que generan valor y empleo, en las pequeñas y medianas empresas de productores y transformadoras de alimentos, en los proveedores de insumos, empaques, dotaciones, logística, tecnología, inclusión financiera, educación, y conectividad; creemos en toda la cadena de valor que es fuente generadora de empleo, ingresos, divisas, inclusión social y sostenibilidad ambiental, somos colombianos, creemos en nuestro país y por eso afirmo que el campo es la esperanza.