Analistas 16/12/2024

2025, el año de la transición

Alberto J. Bernal-León
Jefe De Estrategia Global, XP Investments

El 2025 promete ser un año muy interesante para la geopolítica global, para EE.UU., y para Latam.

Comencemos con EE.UU. El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca augura cambios muy relevantes para la economía global. Comenzando por lo siguiente: el lema “Make America Great Again” es sinónimo de “Make Ohio Great Again”. El Presidente electo de EE.UU. es un hombre de negocios que ve al comercio internacional como un ejercicio de suma cero. Eso es un error conceptual, en mi opinión, pero lo que piense Alberto Bernal es completamente irrelevante para el mundo.

Lo que importa es que el presidente Trump prometió mejorar el estándar de vida de las personas que viven en EE.UU. y se han visto afectadas por la globalización, y para lograr eso el presidente electo va a adoptar políticas de sustitución de importaciones y va a restringir al máximo posible la inmigración. Esas dos decisiones de política disminuirán el crecimiento económico de EE.UU. en el mediano plazo.

Por el lado positivo, el presidente electo ha prometido que se embarcará en un proceso de reingeniería sin precedentes del aparato estatal, una realidad que puede llegar a generar grandes eficiencias en la producción de bienes públicos. El gobierno de EE. UU. es un mamut extremadamente pesado que necesita entrar en una dieta agresiva.

También por el lado positivo, el presidente Trump se comprometió a disminuir las regulaciones existentes en forma radical para de esa forma lograr ayudar a acelerar los procesos de generación de nueva infraestructura y emprendimientos. Y, por último, el presidente se comprometió con los ciudadanos a intentar disminuir aún más el impuesto corporativo en su país. Ojalá lo logre.

En 2025 también veremos menores precios del petróleo. La razón es sencilla. El equipo de Trump ya le dijo al mundo que la idea del presidente electo es incrementar la producción de petróleo en EE.UU. en por lo menos dos millones de barriles equivalentes adicionales en el corto plazo, con la intención de disminuir el costo de la energía en 50%. Atado a los precios del petróleo también está el objetivo de forzar un proceso de paz entre Ucrania y Rusia. ¿Como lo logrará? Muy sencillo, quitándole el apoyo monetario al gobierno de Zelensky. Una vez haya una firma de un armisticio entre Ucrania y Rusia, Rusia volverá a ser parte del ajedrez energético global, pues seguramente se levantarán las restricciones en Swift para que los compradores globales puedan pagarle a los bancos rusos por las exportaciones de petróleo.

Por último, el presidente Trump pondrá la firma de los acuerdos de Abraham como objetivo principal de la política exterior, logrando, de esa manera, la normalización de las relaciones diplomáticas entre Israel y Arabia Saudita. Ese evento será tomado por el mercado como un evento netamente desinflacionario, porque la geopolítica del medio oriente cambiará de forma radical.

Enfocándonos en Latam, los eventos más importantes a monitorear serán la posibilidad de que el presidente Trump ponga en una situación imposible a la economía de México y las elecciones presidenciales en Chile.

El mejor escenario posible para con las elecciones en Chile es que la segunda vuelta se celebre entre los candidatos Evelyn Matthei y Jose Antonio Kast. Si ese escenario continúa siendo probable el 2025 será un gran año para la economía y los activos de Chile, ya que los capitalistas y los inversionistas tendrán la capacidad de anunciar que Chile por fin ha salido de una adolescencia tormentosa que casi destruye al país hace unos años. El 2025 promete ser el año donde Chile vuelve a ser lo que era antes: un país estable y aburrido que crece a tasas decentes.

El próximo año también será el año del inicio de la campaña electoral en Colombia. El mayor riesgo a futuro para Colombia no son Petro o el Pacto Histórico. El mayor riesgo es que los antipetristas resultemos ser tan estúpidos como para llegar a la primera vuelta con 15 candidatos. O nos unimos, o nos hundimos. ¡¡Felices fiestas!!

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