Analistas 30/03/2015

Cambio de paradigma

Alberto J. Bernal-León
Jefe De Estrategia Global, XP Investments

Hace unos días compartía podio en un evento en Buenos Aires con un amigo economista de alta trayectoria en Wall Street. Me pareció espectacular haber compartido con este colega, pues él y yo tenemos visiones completamente divergentes sobre la cuestión económica y financiera actual del mundo. Por ejemplo, mi colega argumentaba que el mundo estaba entrando en un período en el cual íbamos nuevamente a tener que sobrevivir con  un “súper dólar”, de la misma forma como tuvimos que convivir con esa coyuntura entre 1980 y 1984 o entre 1995 y el 2001. Yo, en cambio, argumentaba que era poco probable que la moneda siguiera ganando terreno, entre otras razones porque el sistema financiero internacional pareciera no estarle creyendo a la “guía futura” (forward guidance) del Banco Central de EE.UU.

Me refiero al famoso “gráfico de puntos” que publica la Reserva Federal cada trimestre. Ese gráfico de puntos es extremadamente importante para el mundo, pues este presenta las expectativas individuales de cada miembro de la Fed con la visión de donde deberían estar las tasas de intervención de EE.UU. en algún momento específico en el futuro. Por ejemplo, según la publicación de las expectativas de tasas de interés para final de 2015 emitida en septiembre de 2014, la mayoría de los miembros esperaba que la tasa de intervención estuviera en 1,375% en diciembre próximo. Según la encuesta de diciembre de 2014, la tasa esperada para final de 2015 era de 1,125%. Ahora, según la encuesta de marzo de  2015, la mayoría de los miembros de la Fed estaban viendo la tasa para final de 2015 a solo 0,625%. El lector seguramente reconocerá la continua caída que se ha visto en las perspectivas de los miembros de la Fed sobre el futuro de la tasa de interés.

Este fenómeno que se está viendo en este momento para las expectativas de tasas de interés a futuro no es diferente comparado con lo que se vio en años pasados, años cuando la Fed pronosticaba incrementos de las tasas de interés en el corto plazo,  que nunca se materializaron, porque las circunstancias no lo permitieron. 

¿Cuáles circunstancias? se preguntará el lector. Sencillo: el crecimiento y la inflación no se comportaron como lo esperaban las autoridades. Acá mi punto: qué sucedería si en esta ocasión la situación no llega a ser diferente y las esperadas alzas en las tasas de interés no se materializan, suponiendo, por ejemplo, que la economía mundial vuelve a encontrarse con algún otro obstáculo?

Mi tesis sobre el futuro de las tasas de interés mundiales es bastante sencilla. Considero que ni la Reserva Federal, ni el Banco Central del Japón, ni el Banco Central de Europa van a volver poder subir sus tasas de interés al anhelado nivel que otrora era calificado como normal, porque la estructura de la inflación, el crecimiento potencial, y el nivel de ahorro mundial han cambiado. 

Comencemos: desde que la China e India ingresaron a la economía mundial, billones de dólares en ahorros de los gobiernos de esos países y de sus ciudadanos se han filtrado en los mercados. Esos ahorros se han ido a comprar bonos de deuda alemanes y norteamericanos, ayudando a que las tasas de estos bonos se mantengan bajas.

Por el lado del crecimiento, considero que el envejecimiento progresivo de las sociedades del mundo desarrollado necesariamente disminuirá el crecimiento potencial. 

Esto implica que el PIB nominal crecerá menos. Y si el PIB nominal crece menos, las tasas de interés se mantendrán bajas. Por último, la inflación. 

Es poco probable que haya inflación en el mundo desarrollado si no hay inflación de salarios. En este momento una Audi Q7 sin conductor, mejor dicho, manejada por un algoritmo, está cruzando EE.UU., desde San Francisco hasta Chicago. Adivinen que va a pasar con el empleo futuro de los taxistas de EE.UU.

Si mi tesis es correcta, el USDCOP terminará 2015 en $2.150. Si la tesis de mi colega de podio es la correcta, el USDCOP terminará 2015 a $3.000. Y todo depende del futuro del empleo de los taxistas en Nueva York. Calculen la dimensión de la cuestión…