Colombia en Washington
La semana pasada el presidente Petro estuvo en Nueva York y en Washington cumpliendo con una nutrida agenda de reuniones, incluida una reunión bilateral entre el presidente Petro y el presidente Biden. Por obvias razones la agenda del presidente acaparó todos los titulares de la prensa local.
Por ejemplo, la prensa local subrayó el supuesto apoyo del presidente Biden de canjear la deuda pública de Colombia por créditos por cuidar el medio ambiente, algo que, se los puedo asegurar, es un imposible financiero y político para la administración Biden. Mejor dicho, algo que nunca va a pasar, porque implicaría que el presidente de Estados Unidos pone los intereses de Colombia por encima de los intereses de los jubilados de su país.
No. Las reuniones que realmente fueron importantes para el futuro de la economía del país ocurrieron en Washington la semana anterior, en paralelo con las Reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.
Dos veces al año se reúnen todos los ministros de hacienda y los banqueros centrales del mundo en Washington para discutir el estado de la economía global, y los bancos de inversión aprovechamos esas reuniones para organizar agendas paralelas donde los inversionistas institucionales, nuestros clientes, se logren reunir con los servidores públicos de los diferentes países, y con una serie de consultores de alto nivel que le permiten a estos inversionistas volver a casa teniendo un entendimiento mucho más certero sobre la realidad económica de los diferentes países.
El Ministerio de Hacienda y el banco central de Colombia son participantes religiosos de estas reuniones, y este abril no fue excepción. Las delegaciones del Ministerio de Hacienda y del Banco de la República se reunieron con centenares de inversionistas institucionales en el espacio de los cuatro días que duraron estas reuniones.
El Ministerio de Hacienda vino a Washington a dar un parte de tranquilidad sobre la situación fiscal, el crecimiento, y la estabilidad de las instituciones, y el Banco de la República vino con un mensaje muy claro de que la lucha contra la inflación sigue siendo la prioridad, ya que la inflación es el impuesto más regresivo que se le puede poner a una sociedad, pues los pobres son los que se ven más afectados con los incrementos exagerados de los precios en la economía.
Mis conversaciones con decenas de inversionistas que participaron en nuestras reuniones me dejaron la siguiente conclusión, o por lo menos el entendimiento de que el consenso del mercado se está moviendo hacia el siguiente escenario: que la realidad está comenzando a demostrarle al gobierno “soñador” del presidente Petro que los cambios bruscos en las instituciones son muy difíciles de lograr, sobre todo cuando el equipo que está tratando de lograrlos no es idóneo.
Los inversionistas internacionales están menos preocupados con el futuro de Colombia porque están comenzando a internalizar en los precios y en sus estrategias que Petro NO va a lograr su cometido de refundar el modelo económico, porque la clase política no lo está acompañando en ese objetivo, y porque la población no tiene la paciencia para vivir en el limbo institucional por mucho tiempo más.
En castellano: el mercado está comenzando a incrementar la probabilidad de que la presidencia de Petro pase a la historia como una que no logró ningún cambio relevante. Por exactamente esa razón es que se ha estado apreciando el peso colombiano recientemente.