Analistas 19/08/2025

Dolor de patria

Alberto J. Bernal-León
Jefe De Estrategia Global, XP Investments

Unas semanas después del atentado en contra de Miguel Uribe le pregunté a ChatGPT que cuáles eran las probabilidades que alguien sobreviviera un ataque como el que sufrió. El veredicto de ChatGPT: 2%. Pero después de ver cómo Miguel resistía, me comencé a convencer que todo esto era un milagro que iba a cambiar a Colombia.

Pero la providencia tenía otros planes y Miguel Uribe se nos fue, dejando una familia y un país destruido. Confieso que hacía mucho tiempo no lloraba tanto. Ver a Alejandro poniéndole flores encima al ataúd donde yacía su padre, con esa inocencia que caracteriza a los niños de cuatro años, me partió el corazón.

A momentos vuelve uno a pensar, como ocurría a finales del siglo pasado cuando las narco guerrillas gobernaban en 80% de los municipios de Colombia, que este país simplemente no tiene futuro. Y el “país de mierda” se le comienza a salir a uno.

Pero exactamente eso es lo que buscan los criminales que mataron a Miguel, que los buenos nos demos por vencidos para que así ellos puedan comenzar a hacer lo que les venga en gana con el país. Así como está ocurriendo hoy con las narco dictaduras cubana, venezolana y nicaragüense. Pero a Miguel le debemos el compromiso de recuperar el país en 2026; y eso solamente lo lograremos si demostramos madurez e inteligencia como sociedad.

La cosa es bastante sencilla. El lema tiene que ser “o nos unimos o nos hundimos”, acompañado de un “hoy no hay posibilidad de ver el partido desde la banca, toca jugarlo y dejar la camiseta en el campo”. Por el lado de la unión, hay que profundizar las estrategias para atomizar las fuerzas del antipetrismo.

Por ejemplo, el Centro Democrático se debería aliar con Cambio Radical y quizás con el Partido Conservador para presentar una lista ÚNICA al Senado y a la Cámara, y que esa lista emane un solo slogan: Hay que recuperar el país. Desde el punto de vista de cuál debe ser el contenido programático, hay que ser muy pragmático y bajar las ideas a su mínima expresión.

Creo que un eventual programa de una coalición política anti Petro debería incluir los siguientes puntos: (1) recuperar el sistema de salud, volviendo a delegarle el cuidado de los colombianos al sector privado; (2) recuperar la seguridad energética impulsando la inversión en exploración y explotación de hidrocarburos y recuperando la tecnocracia en Ecopetrol; (3) invertir en la recuperación de la seguridad nacional a través de más y mejor inversión en defensa e inteligencia, y recuperar las relaciones con el departamento de defensa de EE.UU. e Israel; (4) acabar de tajo con la grotesca “paz total” y perseguir a los que avanzaron el pacto de la picota; (5) parar de tajo todas las contrataciones de personal del gobierno y prohibir la contratación de personal vía contratos de prestación de servicios; y (5) adoptar un pensum educativo consistente con las necesidades del siglo 21 --enfocando la educación en carreras técnicas.

La segunda parte del proceso de recuperar el país será la más complicada, porque nos exigirá cambiar el “chip” de cómo el sector privado colombiano ve a la política. Hace unos meses mi amigo Lue Araujo me invitó a su casa para participar en una tertulia con Axel Kaiser, el politólogo chileno que tanto ha hecho para ganar la batalla cultural en Latam.

En esa reunión Axel hizo un comentario/pregunta muy certera: “amigos, pregunta, ¿cuánto gasta el sector financiero de Latam protegiendo la información de sus clientes? ¿Cuánto gasta en ciberseguridad? ¿Y por qué si gastan tanto en eso, no gastan en la seguridad institucional de sus respectivos países?”

El punto de Axel es que las donaciones para las campañas políticas de la derecha en Latam son ÍNFIMAS. Hice el ejercicio con Grok esta vez, preguntando que cuánto gasta el sector financiero de Colombia como un todo en ciberseguridad cada año. La respuesta: más o menos fue US$120 millones.

Si queremos evitar que Colombia termine como Venezuela, hay que INUNDAR de dinero a las campañas políticas de la centroderecha. El petrismo tendrá el dinero maldito del “Pacto de la Picota” a su disposición para comprar votos. Está por verse si somos tan limitados para NO entender que esta elección es la última que nos queda y que no hay espacio para la lichiguez.

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Miguel Uribe Turbay - Violencia