Duele Ecopetrol, parte 2
En un país normal, un presidente celebraría que la compañía de petróleo nacional, de la cual el gobierno es 90% dueño, hubiera encontrado un par de yacimientos de gas natural en aguas profundas que posiblemente le darán la opción a la población del país en cuestión de tener autosuficiencia energética por las próximas dos décadas (según las estimaciones iniciales). Según la ACP, nuestro país ya se ha comido 58% de las reservas probadas de gas desde que se tocó el máximo histórico en 2012, y es casi una certidumbre que el país entrará en déficit de oferta de gas natural en 2025.
Valga decir que desde 2022 se sabía que los campos Uchuva 1 y 2, ahora Sirius 1 y 2, iban a significar una muy buena noticia para Colombia, no solo porque Ecopetrol es dueño de 55% del proyecto (implicando inmensos recursos para la nación), sino, como argumenté antes, porque estos yacimientos van a ayudar a que el país se pueda alejar de la posibilidad de perder su autosuficiencia energética en las próximas décadas.
El gas natural es hoy en día considerado una fuente de energía verde por la Comunidad Económica Europea, en gran parte porque poder prender una termoeléctrica con gas implica que no se necesita hacerlo con carbón, que es un combustible que contamina muchísimo más que el gas natural. Un ejemplo fidedigno: gracias a la utilización del fracking en EE.UU., y por ende la explosión de producción de gas natural, la mayor economía del mundo ha logrado disminuir su emisión de gases efecto invernadero en 6,7% entre 2019 y 2023 -pasando de 5.147 millones de toneladas métricas de carbón a 4.807 en 2023, y en 2024 la disminución se espera que sea de 3% adicional.
En un mundo normal semejante anuncio tan positivo también debería haber generado un incremento bastante relevante en el precio de la acción de la petrolera en cuestión. En el caso de la acción de Ecopetrol esa NO fue la reacción. Al contrario, desde el día del anuncio conjunto de Ecopetrol y Petrobras, la acción de la petrolera nacional ha caído otro 4%, llevando la destrucción de valor total de la empresa más importante de Colombia a 50% desde que ganó las elecciones el señor Petro.
En gran parte el mercado no celebra estas buenas noticias para Colombia porque el presidente de todos los colombianos, quien representa a 90% de la participación accionaria en la empresa, piensa que encontrar gas natural es una pésima noticia, y que lo que ahora toca lograr más bien es poner a competir a Ecopetrol con Microsoft en la carrera por la supremacía de la implementación de la inteligencia artificial. Valga decir que, si mal no recuerdo, el señor Ricardo Roa, CEO de Ecopetrol, no sabe hablar inglés....
Hace unos días conversé con el presidente Uribe sobre la situación actual de Ecopetrol. El presidente me dijo una cosa que me quedó sonando mucho. Siempre he dicho que la mejor reforma social que logró Uribe, después de recuperar la seguridad, fue haber logrado que entrara capital privado en la empresa estatal de petróleo, para de esa forma obligar a la empresa a adoptar los lineamientos del gobierno corporativo. Y la reforma logró su objetivo, hasta que llegó el señor Petro al poder.
“Hombre, doctor Alberto, si yo pudiera cambiar el pasado hubiera incluido una cláusula que obligara que el nombre del presidente de Ecopetrol tuviera que pasar por un filtro en el legislativo, mejor dicho, que los accionistas, el gobierno incluido, tendría la obligación de enviar una terna de nombres al Congreso y de ahí tendría que salir el nombre del líder de Ecopetrol”. Tiene razón, presidente. Si esa cláusula hubiese existido, el señor Roa no estaría destruyendo la empresa. Duele Ecopetrol #OjoConEl2026 #ONosUnimosONosHundimos