El retorno de los Trumponomics
Me equivoqué. Le había dicho a amigos y extraños que el expresidente Donald Trump iba a barrer el piso con el presidente Joe Biden durante el debate presidencial del jueves antepasado. Me equivoqué, porque Trump no barrió el piso con Biden, sino que liquidó del todo las aspiraciones reeleccionistas del presidente Biden. Y eso que Trump no es que hubiera tenido una noche espectacular, ni nada parecido.
Ver el debate me produjo una combinación de sentimientos, desde un “no seamos tan pendejos, esto no puede estar pasando”, hasta un, “Dios que paren ya esto y dejen descansar a Biden...”. El punto acá es que el debate presidencial del pasado 27 de junio muy seguramente pasará a la historia como el que devolvió a Trump a la Casa Blanca.
¿Qué significa una segunda presidencia de Trump para el mundo y para Latam en particular? Pues lo mismo que vimos en la primera presidencia de Trump, con algunos matices. Cosas fáciles de pronosticar sobre lo que viene para el mundo: la promesa de Trump de imponer una tarifa de 10% a todos los productos que EE.UU. importa, y de 60% para las importaciones de China específicamente, es completamente inviable. Les explico por qué: General Motors vende 2,8 millones de carros al año en EE.UU., y 2,1 millones de carros en China. Si el presidente Trump decide ponerse así de agresivo con China, China le pondrá un impuesto adicional a la venta de Chevrolet en China y llevará a esa icónica compañía a la quiera.
Pero acá una más complicada aún para Trump: 95% de la gente que vive en EE.UU. va a un Walmart por lo menos dos veces por año, el comprador promedio de Walmart es una mujer blanca entre los 60 y 78 años, y más o menos 80% de los productos que se venden en Walmart o son ensamblados en China o incluyen algún componente que se produce en China. Ponerles un costo adicional a esos productos es ponerle un impuesto inflacionario adicional a la clase media-baja de EE.UU., una que ya de por sí está pasándola bastante mal por el choque inflacionario que sufrió el país después de la pandemia. Entonces, ¿qué va a pasar? En mi opinión los niveles de proteccionismo se incrementarán, pero lo harán de forma “quirúrgica” para evitar que haya demasiado efecto negativo para el norteamericano promedio.
Desde el punto de vista geopolítico, la cosa también será muy parecida a como fue durante Trump parte uno. EE.UU. tendrá una relación tormentosa con Europa ex Italia, y una relación ciclotímica con México y Canadá, dependiendo de como vaya mejorando o empeorando la situación para con la migración ilegal y el déficit comercial dentro del bloque económico de Norteamérica. La relación con Brasil será bastante distante mientras gobierne Lula, la relación con Argentina será excelente, y muy seguramente EE.UU. intercederá para que el FMI le preste más dinero a Argentina, y la relación con Colombia a nivel diplomático será nula. Ahora, la guerra contra las drogas seguirá siendo una gran prioridad para Trump y, por lo tanto, las relaciones por detrás del telón seguramente seguirán siendo fluidas.
Confieso que Trump me dejó callado en 2016. Pronostiqué que él iba a ser un desastre para la economía, y NO lo fue. Los datos son claros: la inversión privada creció un impresionante 22% durante los años de Trump INCLUYENDO pandemia, Trump recibió el desempleo en 4,7% y lo bajó a 3,7% justo antes de la catástrofe de la pandemia, y bajo su mandato EE.UU. pasó de producir 8,7 millones de barriles de petróleo al día a 13,1 millones en marzo de 2020, justo antes de que el mundo se apagara. Ah, y bajo Trump, EE.UU. disminuyó su emisión de CO2 en 9,5%, a pesar de que la economía creció 7,4%, incluyendo la pandemia.