Analistas 05/12/2022

Mi semana en Twitter

Alberto J. Bernal-León
Jefe De Estrategia Global, XP Investments

Confieso que soy de esos que están muy contentos con la compra de Twitter por parte de Elon Musk. Musk es una de esas personas extraordinarias que nacen una vez cada 100 años, y su compra de esa red social logrará, en mi opinión, bajarle el poder al lobby de la “cancelación” y de la famosa “empatía”, concepto que hoy en día se utiliza para atacar la iniciativa privada bajo la excusa de que el lucro y la responsabilidad individual son “egoístas”. Hay cuestiones fundamentales en este mundo, entre otras el derecho a disentir de la narrativa prevalente en la sociedad del pensamiento “incluyente”. Elon Musk nos está dando la posibilidad a los libertarios de disfrutar, aunque sea por un poco de tiempo, de lo que realmente significa la “libertad de expresión”: el derecho fundamental de la gente a expresar conceptos con los que yo nunca lograría comulgar, y de hacerlo sin límite alguno.

Gran noticia que el peso colombiano haya encontrado algo de estabilidad por debajo de los cinco mil pesos. Esa caída libre que estaba mostrando la moneda es muy dañina para la economía y la confianza inversionista en general. Pero, desafortunadamente, esa estabilidad reciente no es sinónimo de que la desconfianza de los mercados para con el gobierno de Gustavo Petro haya cesado. Lo que está pasando es que el dólar por fin ha comenzado a perder valor, después de años de apreciaciones continuas. Desde el 3 de noviembre el índice del dólar norteamericano ha perdido más de 7%. Los números: si el peso colombiano se hubiera comportado como el peso mexicano, nuestra moneda hoy estaría costando $3.759 versus el dólar. Si lo hubiese hecho como el peso chileno, hoy valdría $3.953. Y si lo hubiese hecho como el real brasilero, hoy costaría $3.957. La razón por la cual el peso colombiano no está hoy en día mucho más fuerte es por el hecho de que el presidente Petro continúa negándose a retirar esa bomba de destrucción masiva que implica prohibir la firma de nuevos contratos de exploración petrolera.

Otra buena noticia de la semana pasada es que Colombia logró emitir un bono a 10 años en los mercados internacionales. Se logró un buen libro, lo que significa que los inversionistas presentaron ofertas totales de US$4.300 millones por la emisión (casi tres veces más de lo emitido). La otra buena noticia es que la oferta de emisión comenzó a 8,5% y se logró vender más abajo (en términos de tasa de interés). La mala noticia es que tocó ofrecer una tasa del 8,125% para vender los bonos. Esa tasa es muy alta para Colombia. Si Perú hubiera salido con esos bonos los hubiera vendido a una tasa del +/- 6,1%, Chile también a 6,1%, y México lo hubiera hecho a +/- 6,4%.

Jose Roberto Acosta, director de crédito público de este gobierno, se merece un gran aplauso por su inequívoca crítica al borrador de reforma pensional que salió del ministerio de trabajo. Ese borrador es un esperpento que destruiría de un tajo el ahorro pensional de millones de colombianos, y que acabaría con 30 años de desarrollo del sistema financiero. También hay que recalcar que la reforma del sistema de pensiones que presentó el Ministerio de Trabajo es un tiro en la sien para el gobierno nacional, ya que los fondos de pensión privados son hoy en día los segundos compradores más importantes de la deuda pública. ¿Si se acaban los segundos compradores más importantes de los papeles de deuda pública, entonces como diablos pretende el gobierno nacional cubrir el abultado déficit fiscal?

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