No, la derecha no ganó
Una de las cosas que uno aprende cuando trabaja en un sector tan incierto como el financiero es que las cosas son como son, y NO como uno quiere que sean. Siento que esa realidad me ha permitido avanzar en muchas situaciones de la vida donde las cosas no salen como uno esperaba. Las elecciones del domingo antepasado en Colombia nos dejaron un gran fresquito, un incremento exponencial en la esperanza. Pero más nos vale que entendamos bien qué fue lo que pasó ese fin de semana.
Lo que pasó fue que ganó el anti petrismo, que NO viene siendo lo mismo que decir que ganó la derecha. Los colombianos no votaron a favor de prohibir el matrimonio homosexual, ni de restringir el aborto, ni a favor de firmar más tratados de libre comercio, ni de bajar los impuestos corporativos. No. Los colombianos en su gran mayoría votaron en CONTRA del desgobierno de Petro. El colombiano del común votó en contra de un gobierno inepto que pensó que era romántico nombrar a un literato como Ministro de Defensa, o a una filósofa que piensa que la gasolina sale del subsuelo, como Ministra de Minas. El colombiano votó en contra de un gobierno tan perverso que ni siquiera ha logrado traer unas pinches vacunas al país. El colombiano votó en contra de un gobierno que está dispuesto a matar a las abuelitas que dependen de medicamentos muy específicos para de esa forma generar una “crisis explícita” del sistema de salud, y así poder lograr el objetivo de nacionalizar el sistema por capricho ideológico.
El colombiano del común votó en contra de un gobierno piensa que es una buena idea darle un millón de pesos mensuales a una sarta de bandoleros que dizque para evitar que delincan más en el futuro.
Ninguna persona normal está de acuerdo con esa barbaridad de política, porque la inmensa mayoría de la gente está en contra de premiar al criminal y afectar al honesto. En fin, el colombiano votó por “cambiar el cambio nuevamente”, y lo hizo antes de que Petro siquiera hubiese llegado a la mitad de su mandato.
Entender que la realidad es como es y no como yo quiero que sea me permite presentar un par de ideas sobre lo que debemos hacer los que estamos en la oposición si queremos evitar que el Pacto Histórico vuelva a ganar en el 2026. Primero, una sociedad sin seguridad no es viable, y el gobierno de Petro no sabe cómo brindarles seguridad a los colombianos. La razón es sencilla, el petrismo es romántico por naturaleza, y de verdad cree que algo como la “paz total” es viable; es una ideología ingenua que cree que puede convertir a narcos en monjitas de la caridad. Aprovechemos esa debilidad.
Los opositores al gobierno de Petro tendremos acá un cañón de ataque permanente a este desgobierno, porque la seguridad NO va a mejorar bajo Petro.
Otro flanco de ataque será el de la economía. Petro NO va a lograr que la economía se comporte bien, porque Petro no entiende economía, y el hombre aún no ha captado que la inversión es una derivada de la certidumbre. Petro NUNCA va a lograr generar certidumbre, a menos de que deje de ser Petro.
Entonces, desafortunadamente para los colombianos menos favorecidos, la actividad económica de Colombia estará postrada durante este cuatrienio. Por último, los opositores tenemos el comodín de poderle repetir al votante de Petro que su mesías lo quiere dejar sin salud, y se lo podremos seguir diciendo porque es totalmente cierto.