Sobre el modelo cubano
Es un hecho que la decisión de Cuba de buscar la unificación monetaria es un paso adelante para el sistema monetario. El problema es que la decisión llega 20 años tarde, pero bueno, mejor tarde que nunca. Como algunos sabrán, en Cuba circulan dos monedas. La moneda local, el peso cubano, la cual sirve para pagarle a los empleados públicos, y la moneda atada al dólar, la cual circula gracias a la beneficencia de los que envían remesas a Cuba y gracias a los ingresos que vienen del turismo. Naturalmente, la moneda atada al dólar es la que le permite al cubano que tiene la bendición de recibirla tener una capacidad de consumo más alta. Para el resto de los mortales de la isla, los que reciben los pesos cubanos, pues la capacidad de consumo es muchísimo menor. El personaje que escribe en contra del “imperio” decía en el programa de Andrea que la unificación monetaria era una muy buena noticia para muchos en Cuba, pues ahora “todos” iban a poder comprar crema dental importada.
Un par de cosas. Tremendo que en un país que se hace llamar comunista, algunos puedan comprar crema dental de calidad, y otros no. ¿Acaso ser comunista no implica que todos los ciudadanos son iguales? Y segundo, el personaje este que escribe en contra del imperio en su blog es tan mediocre que el hombre aún no ha caído en la cuenta de que una vez se haga la conversión monetaria, esta no implicará que la gente que gana en pesos ahora vaya a ganar en dólares equivalentes. Este personaje es tan poco inteligente, que no se ha dado cuenta que el banco central de Cuba NO puede imprimir dólares. Por lo tanto, si el ingreso per cápita de Cuba ha de subir, pues ese incremento se tendrá que ver atado a un incremento del flujo de dólares hacia la isla.
Y ese incremento de dólares hacia la isla no es, ni será, espontáneo. Para que Cuba reciba más dólares, tendrá que seguir los pasos de países como Panamá. Mejor dicho, tendrá que convertirse en una economía capitalista donde no exista limite al lucro individual, donde existan instituciones serias que hagan respetar las reglas de juego; y lo más importante aún, para que Cuba reciba más dólares, va a tener que experimentar un cambio de régimen, uno que lleve a la isla a desistir totalmente del comunismo para montarse de una vez por todas en el bus del capitalismo.
El comunismo, o el socialismo del siglo 21, que para efectos prácticos son lo mismo, son sistemas fallidos. Digo que son sistemas fallidos porque ignoran uno de los conceptos más sencillos que hacen parte del DNA del ser humano: el valor de los incentivos. Si una sociedad no premia al que se esfuerza, y castiga al que no se esfuerza, nadie se esfuerza, porque esforzarse no genera rendimientos para el individuo. Este concepto tan sencillo lo entienden hasta los animales de circo. Es realmente patético que países como Venezuela o Cuba sigan siendo gobernados por personas tan mediocres, personas que ignoran hasta las características más básicas de la condición humana.