A diario leemos noticias sobre la llegada de la Cuarta Revolución Industrial o de la transformación digital de empresas y Estados, teniendo un efecto directo en la manera en que trabajamos y vivimos. Debemos detenernos por un instante y entender que el insumo básico para que la modernización se dé es poder contar con unas redes de telecomunicaciones robustas y contenidos enriquecidos, que solo se logran por medio de grandes inversiones de capital privado.
Con el proyecto de ley de Modernización Institucional de las TIC que presentó el gobierno ante la Comisión Sexta del Senado de la República, es claro que la ministra TIC Sylvia Constaín y todo su equipo entienden la importancia de generar mayor confianza inversionista. Son tres razones por las que esta Ley generará efectos positivos para todos los colombianos.
En primer lugar, la televisión y la radio pública, asegurarán su futuro con la unificación los fondos FonTIC y FonTV. Dejarán de estar sujetos a un fondo que depende exclusivamente de los aportantes de televisión y podrán mitigar el riesgo accediendo a los recursos provenientes de los operadores de telecomunicaciones. Esta es la mejor forma de asegurar este patrimonio de la Nación.
En segundo lugar, con la unificación de lo que hoy en día es la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) y la Autoridad Nacional de Televisión (Antv), se generará mayor seguridad jurídica para lograr inversiones en el mercado. A medida que las empresas ofrecen una variedad de servicios de conectividad y contenidos, quien los regula debe tener claridad del panorama total y no mantenerse como entidades separadas que solo ven una parte de la ecuación. Adicionalmente, con esta fusión , se asegurará una mayor cantidad de recursos para inversiones públicas sectoriales.
De otro lado, nada más valioso que extender los plazos de asignación del espectro, esas autopistas invisibles por donde circulan las comunicaciones digitales móviles para llevar internet, contenidos e información. Colombia es uno de los países del mundo con el menor tiempo de asignación y concesión de espectro: 10 años, países como Chile y la mayoría de Europa asignan su Espectro a 30 años a los operadores, mientras que en Estados Unidos y Gran Bretaña es a perpetuidad.
Difícilmente se pueden esperar los capitales que las telecomunicaciones requieren en el país, si los operadores no cuentan con el tiempo para amortizar dichas inversiones. Por ello, también es motivo de celebración que la ley contemple incrementar el horizonte a 30 años para que seamos más competitivos como destino de inversión.
El trabajo hecho por el Ministerio de las TIC ha sido impecable, integrando en su Proyecto de Ley las necesidades de todos los actores públicos y privados. Lo que resta es que todos los interesados logren un ambiente propicio para que este pueda volverse una realidad.