Alimentarse de manera saludable, hacer ejercicio, meditar, son estrategias importantes para prevenir y hasta revertir el estrés crónico, pero no son medidas suficientes, aunque son importantes y necesarias. Para trascender el estrés crónico hay que ir a la raíz, lo que significa trascender las creencias limitantes. En otras palabras, la funcionalidad de nuestro sistema nervioso tiene que ir acompañada por un desarrollo de la mente, o, más precisamente, de nuestro espíritu (hay que recordar que la etimología de la palabra psicología, es el conocimiento sobre el espíritu, o sea nuestra esencia).
Sabemos que el estrés crónico es debilitante para nuestra salud. No es sorprendente, si pensamos que la respuesta corpórea al estrés provoca más de 1.400 reacciones físicas y químicas conocidas, y más de 30 hormonas y neurotransmisores diferentes. De esta manera, cuando hay acumulación de estrés, nuestra energía vital se va debilitando y puede llegar al colapso de nuestra salud. Enfermedades cardiovasculares, tumores, la diabetes son muchas veces las consecuencias de un cuerpo permanentemente bajo estrés.
Desafortunadamente, muchas veces llegamos a pensar que nuestra condición de estrés es normal y que es un mal de la modernidad con el cual tenemos que convivir. Pero considero que es importante promover en las empresas una cultura organizacional y un estilo de vida que impulse el bienestar. Además, donde hay estrés crónico no puede haber alto rendimiento.
De hecho, los síntomas del estrés pueden ser el olvidar cosas, dificultad para concentrarse, un sueño irregular, irritabilidad, dolores de cabeza, problemas digestivos, falta de motivación y energía, estados de ansiedad, entre otros. Todas estas son condiciones que no permiten el alto rendimiento, que, por el contrario, requiere calma, capacidad de conexión, y creatividad. Por sí mismo, el estrés es una respuesta natural del cuerpo porque activa la reacción de “huida y lucha”. Esta reacción debe activarse solo en momentos pico, como cuando nuestra existencia estaba amenazada por animales feroces. Pero hoy vivimos como si estuviéramos luchando todo el tiempo contra la jungla entera.
Por eso, curar el estrés requiere, por un lado, restaurar la fisiología del eje conformado por el hipotálamo, la glándula pituitaria y las glándulas suprarrenales. Hábitos saludables y suplementos pueden favorecer esta restauración. Pero hay que ir más a fondo, dado que el estrés es también el producto de creencias limitantes que son la raíz de la reacción de “lucha y huida”.
Emociones como el miedo, la frustración y la ansiedad, son los síntomas de que estamos reaccionando desde nuestras creencias limitantes. Por eso, necesitamos un acercamiento integral para que también nos enfoquemos en desarrollar nuestro núcleo interno (desde el autoconcepto, pasando por la calidad de nuestras emociones y creencias), si queremos vivir mejor, más largo, y con alto rendimiento.