Analistas 16/02/2019

Eliminar el estrés

Aldo Civico
Antropólogo y estratega de liderazgo

Hace algún tiempo, un ejecutivo vino a una sesión de coaching con niveles de estrés tan altos que le asigné como tarea dos semanas de vacaciones. En lugar de reaccionar feliz por la oportunidad que le ofrecía, puso resistencia. En este dirigente estaba tan arraigada la convicción de que trabajar mucho y arduamente era necesario para el alto rendimiento, que la idea de descansar le generaba un sentimiento de culpa. Finalmente, no sin la insistencia del gerente general, este cliente tomó su periodo de vacaciones.

No es raro encontrar gerentes convencidos de que el estrés es una condición necesaria para lograr el éxito. En realidad, el estrés no solamente impide el alto rendimiento, sino que es una enfermedad mortal. La hipertensión y el estrés están entre las principales causas de los infartos. El manejo del tiempo, como a veces se piensa, no es la solución al estrés. De hecho, el manejo del tiempo termina siendo la búsqueda de cómo lograr más en menor tiempo. También es inadecuado el concepto de alcanzar la armonía entre la vida personal y laboral como si fuera una distribución equitativa del tiempo. Más bien, hay que hablar del manejo de la energía, que es una habilidad fundamental para el ejercicio de un liderazgo consciente; más importante aún que el manejo del tiempo. De hecho, lo que los líderes hacen cuando motivan a un equipo, manejan un proyecto, se comunican con proveedores y clientes, es inyectar energía a un equipo y a toda una organización. Podríamos decir que la calidad de la energía de una organización es la calidad de su rendimiento.

Para hablar de energía tenemos que hablar del corazón y de su papel fundamental en su generación. Efectivamente, el corazón es mucho más que una pompa mecánica que permite que la sangre circule; es el órgano responsable de la mayor producción de electricidad, o sea de energía, en nuestro cuerpo. De hecho, tiene 5.000 veces más poder electromagnético que el celebro, y por eso tiene una capacidad superior de alinear y sincronizar todos los subsistemas de nuestro cuerpo y de crear coherencia fisiológica. Cuando existe esta coherencia, hay calma, capacidad de conexiones auténticas, intuición y creatividad; es decir, todo lo contrario de lo que produce el estrés. Por eso, el Heartmath Institute de California define la coherencia cardíaca como una forma de inteligencia, que podemos mejorar y alimentar a través de ejercicios de respiración y de autoconsciencia de los factores que nos dan o nos quitan energía. He observado transformaciones profundas cuando el coaching ejecutivo se ha enfocado de manera consciente sobre el manejo de la energía.

Hoy es posible medir el nivel de energía de un ejecutivo monitoreando la variabilidad de su ritmo cardiaco, o sea, el intervalo entre cada latido del corazón, durante un periodo de 24 horas, y de esta manera señalar áreas importantes del rendimiento y la productividad, como la resistencia, la motivación, la recuperación, el esfuerzo, el equilibro y la vitalidad. En definitiva, la calidad de la energía determina la calidad del rendimiento, y finalmente, de la vida.

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