Inteligencia artificial y liderazgo
Ellie es una psicóloga de unos 30 años. Tiene la piel color oliva, ojos marrones y el cabello largo. Viste de manera elegante y formal. Cuando te sientas frente a ella te hace preguntas y si eres de una ciudad donde ella nunca ha estado te lo dice y contesta: “Yo por mi parte soy de Los Ángeles”. Oficialmente ella es la primera psicóloga virtual de inteligencia artificial, concebida por científicos de la Universidad de California del Sur. Ellie está diseñada para identificar signos de depresión, ansiedad y estrés post traumático y es parte de un proyecto del Departamento de Defensa del gobierno de Estados Unidos para identificar síntomas de trastornos mentales que han causado una epidemia de suicidios entre miembros de las fuerzas armadas.
Ellie aparece en un monitor e interactúa con sus pacientes de manera natural y competente. Pregunta: ¿cómo te has sentido?, ¿cuándo fue la última vez que te sentiste feliz? Su capacidad para identificar, evaluar y responder a las emociones en tiempo real es el resultado de un creciente cuerpo de investigaciones sobre la mecánica de la cognición incorporada. De hecho, la neurobiología de las emociones revela que señales no verbales-nuestros tics, temblores, tono-revelan mucho más sobre nuestro estado interior, mucho más que la comunicación verbal. Ellie es capaz de registrar y procesar más de sesenta datos distintos cada segundo. Además, otra gran ventaja de Ellie es que no juzga a las personas, en comparación, incluso, con el más entrenado de los sicólogos. Ellie de esta manera genera más confianza.
La inteligencia artificial no solamente va a superar a los humanos en inteligencia cognitiva. De hecho, el ser humano no va a ser capaz de competir con la capacidad de interpretar, analizar y tomar decisiones basándose en una cantidad infinita de datos. La inteligencia artificial nos va a superar también en inteligencia emocional. Ellie es solamente un ejemplo; pronto tendremos abogados, médicos, y hasta chefs, diseñadores de moda, y escritores de novelas artificialmente inteligentes. Es una perspectiva que asusta a alguien como Elon Musk, quien está convencido de que estamos subvalorando las capacidades de la Inteligencia Artificial. Dice Musk que la diferencia entre humanos y la IA puede ser la misma, o peor, de la que hoy hay entre chimpancés y humanos. Si así están las cosas ¿de qué liderazgo necesitaremos en nuestro próximo futuro?
Se lo pregunté en estos días al gerente de una empresa líder en Colombia. “La capacidad de la conexión humana”, me contestó sin titubeo. Por eso, agregó, “necesitamos desarrollar cada vez más la inteligencia espiritual”. Es decir, si la inteligencia artificial nos va a superar en inteligencia cognitiva y emocional nos queda la responsabilidad de evolucionar nuestra consciencia. Por eso, los líderes de vanguardia hoy, no se enfocan tanto en el desarrollo de nuevas habilidades sino en actualizar su consciencia, para pasar de la inteligencia a la sabiduría.