Es cuando hay una crisis que emergen los líderes, aquellos individuos o grupos de individuos que tienen el coraje de mostrar a los demás el camino hacia un futuro que quiere emerger. Durante estos días de zozobra, he pensado en los líderes transformadores que han marcado la historia de manera positiva, contribuyendo a la generación del cambio. Pensé en figuras como Gandhi, Nelson Mandela, Corazón Aquino, la mujer que en las Filipinas derrotó a la dictadura de Marcos. ¿Qué tienen en común todos estos personajes?
Se vale pensar en estos referentes en días marcados por la incertidumbre, el miedo y la rabia. Se vale, aún más, cuando una crisis es también el resultado de un fracaso en el liderazgo. No me refiero solamente a este gobierno, que se ha demostrado incapaz de conectarse con las inquietudes más profundas de la mayoría de la ciudadanía, sino también del liderazgo de varios sectores que, doblegados sobre sí mismos, no han sabido o querido atender a problemas de fondo. Hoy todos pagamos el costo de las soluciones equivocadas e inadecuadas.
Por eso referirse a quienes fueron protagonistas de cambios profundos nos da luz sobre qué liderazgo se necesita hoy para convertir esta crisis en una oportunidad, y generar los cambios necesarios. Su primera característica fue la renuncia a la violencia; ellos reconocieron que la violencia además de profundizar los resentimientos y los ciclos de venganza es también un signo de debilidad.
Una segunda característica del gran liderazgo en tiempo de crisis es una profunda habilidad de escucha. Estos líderes no se limitaron a escuchar solamente a sí mismos y a quienes pensaban como ellos. Por el contrario, fueron capaces de sintonizarse con todo el sistema. El profesor de la MIT, Otto Scharmer, define esta habilidad como la escucha generativa. “Escuchamos para que emerja la posibilidad futura más alta mientras cuidamos un espacio para que algo nuevo pueda surgir”, dice Scharmer. Por eso, el liderazgo de quienes guiaron el cambio fue siempre desde una actitud de empatía, esta es la tercera característica del liderazgo en tiempo de crisis. De hecho, no es encerrándonos en nuestras convicciones como pueden surgir nuevas soluciones. Se vale recordar lo que decía Albert Einstein; no podemos resolver los problemas al mismo nivel en que fueron creados. Por eso, quienes lideran el cambio lo hacen elevando su propio nivel de consciencia.
Una cuarta característica del liderazgo en tiempos de crisis es la disposición a cooperar con el “enemigo”. Quienes reconocen que la transformación es la verdadera victoria, también reconocen la importancia del diálogo. Nelson Mandela cooperó con el presidente surafricano DeKlerk. Cuando el bien común inspira al liderazgo es más fácil tener la lucidez para trascender una crisis. Colombia podrá salir del túnel en el cual se encuentra si de manera colectiva reconocemos en este momento de crisis la oportunidad de una transformación genuina.