Analistas 17/04/2021

¿Quién eres realmente?

Aldo Civico
Antropólogo y estratega de liderazgo

Deuce Latui fue un venerado jugador en la Liga Nacional de Fútbol americano en los Estados Unidos durante siete temporadas. Detrás de su extraordinario rendimiento no estaba solamente su talento. De hecho, fundamental para su vida, fue el encuentro con el legendario Steve Hardison, un mentor de liderazgo que vive en Arizona. Deuce un día llegó al estudio de Hardison, quien después de escucharlo durante más de una hora, le dijo con admiración genuina que él era el mejor “liniero” ofensivo de toda la Liga.

En lugar de alegrarse y de celebrarse, Deuce se hizo más pequeño, casi que avergonzado por el cumplido. Steve Hardison, quien tiene el superpoder de reconocer y declarar la autenticidad y lo esencial en los demás, observó la reacción de Deuce y entendió que la brecha de alto rendimiento que él tenía era un autoconcepto limitante.

Es decir, no estaba comprometido con su genialidad, su grandeza, su verdadero yo.

Para sacarlo de su yo condicionado, Hardison le propuso a Deuce hacer un juego de roles. El jugador iba a ser el mentor, y el mentor el jugador. “Todo lo que me tienes que preguntar es: “¿Quién es el mejor liniero ofensivo en la Liga?”. Cuando Deuce le hizo la pregunta a Hardison,éste, pretendiendo ser Deuce, se levantó de la silla, se lanzó en contra del jugador, y le gritó en la cara, “Escúchame, ¡Yo soy el mejor liniero defensivo en toda la Liga!, ¡Esto es quién soy!, ¡Yo soy Deuce y soy el mejor!”. El mentor se volvió a sentar y le dijo, “si tú vas dentro de ti y te comprometes con tu verdadero yo, lo vas a cambiar todo”.

Steve Hardison notó que Deuce en reacción a esta experiencia estaba expandiendo su mente. Empezó a ver algo que nunca había visto, y se dio cuenta de eso. Al despedirse, Deuce le pidió a Steve que fuera a verlo a cada partido. “No estoy interesado en verte jugar” le contestó Hardison, “porque ni sabes quien eres”. En lugar, le propuso reflexionar sobre lo que había pasado aquella tarde.

Esa misma noche Deuce escribió este correo a su mentor: “Algunas cosas que escribí después de nuestra sesión. Esto ha asegurado mi futuro y mis objetivos. El mejor del juego, el mejor liniero ofensivo de la NFL, el mejor jugador de bolos profesional que existe, el mejor en mi oficio. Mejor capitán del equipo. Lo que da miedo es que esto no es suficiente para mí, ni lo suficientemente bueno. Te quiero, hermano.

Quiero que seas testigo de esto en cada partido. Por favor, déjame tenerte en todos los juegos que puedas asistir. Bendecirá mi vida saber que estás detrás de mí, literalmente observando cada uno de mis movimientos nuevamente. El mejor del juego, el mejor liniero ofensivo de la NFL, el mejor jugador de bolos profesional. El mejor en mi oficio. Mejor en el equipo”. Deuce había despertado su esencia y eso cambió su vida y su juego. La pregunta es ahora para ti. ¿Quién eres de verdad?, ¿Cómo cambiaría tu rendimiento si te comprometieras con tu ser auténtico?

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