Analistas 21/08/2021

Revertir el estrés crónico

Aldo Civico
Antropólogo y estratega de liderazgo

El estrés hoy es una condición generalizada en el contexto laboral. El problema es que estrés y alto rendimiento no van de la mano; son incompatibles. Al mismo tiempo, la relación que tenemos con las incertidumbres de nuestros tiempos es fuente de estrés, que en muchos casos es crónico, puede llevar al agotamiento y a otras formas de enfermedades crónicas, incluso patologías cardíacas. Por eso, aprender a manejar y hasta eliminar el estrés, se ha convertido en una habilidad primaria hoy para líderes empresariales.

Cuando vivimos en un estado de estrés crónico vivimos en modo supervivencia y en un continuo estado de emergencia. Estando así las cosas, el cuerpo no tiene los recursos y el tiempo necesario para regenerarse. De hecho, cuando vivimos una experiencia de estrés (ya sea por qué estamos enfrentando una situación difícil, o nuestra mente está secuestrada por pensamientos que procuran estrés), el sistema nervioso automático envía información a través de la médula espinal y los nervios espinales a los nervios periféricos que están conectados con las glándulas suprarrenales. Estas a su vez producen adrenalina que se introduce en la sangre y la energía se concentra en los muslos. De esta manera entramos en un estado de alerta elevado, listos para huir o luchar. Al mismo tiempo, la energía del cerebro se concentra en el sistema límbico, nuestro cerebro emocional.

La amígdala toma el control y esto significa que otras partes del cerebro, como la corteza prefrontal, están privadas de energía. Si el estrés es prolongado, esta condición termina afectando nuestra capacidad de pensar, analizar, memorizar, planear, y resolver problemas. Además, la producción excesiva de cortisol, conocida como la hormona del estrés, cuando producida en altas cantidades, afecta nuestro sistema inmunitario, perjudica el aprendizaje y la memoria, y destruye células cerebrales. Por eso, el alto rendimiento no es posible en una condición de estrés crónico, dado que afecta aquella parte del cerebro que nos asiste cuando necesitamos generar soluciones, tomar decisiones, y evaluar opciones.

Entonces, ¿cómo prevenir o, si es necesario, reducir el estrés crónico? En mis talleres para el manejo del estrés suelo enfatizar algunos aspectos fundamentales: la importancia de una alimentación sana y equilibrada, del ejercicio físico moderado, de protocolos de respiración que regulen el sistema nervioso automático (y sobre todo el nervio vago) y de hábitos mentales, como por ejemplo la capacidad de priorizar, para fortalecer la salud cerebral y así regular las emociones y hacer un uso inteligente de la limitada energía de la corteza prefrontal.

Finalmente, se trata de romper los patrones de pensamientos negativos automáticos para experimentar de manera más constante emociones expansivas como la esperanza, la gratitud, la curiosidad, y la calma. Al fin y al cabo, el estrés es el producto de un estilo de vida que podemos revertir. El estrés crónico es una invitación a un cambio sin el cual, no hay ni alto rendimiento ni plenitud.

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