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¿Cómo bajar las tasas de interés?

Alejandro Vera Sandoval

La tasa de interés es uno de los precios más importantes de una economía y, al mismo tiempo, su nivel genera percepción negativa en las personas y una de las discusiones más álgidas.

Normalmente, las personas tienen un sentimiento positivo cuando les desembolsan un crédito para su casa, negocio o su sueño. No obstante, esto cambia cuando comprenden que dicho préstamo implica que tendrán que pagar más en el tiempo de lo que vale ese sueño hoy, justo porque se deben abonar unos intereses.

Pero es justamente ese precio, la tasa de interés, el que permite juntar a los ahorradores (que les sobran recursos) y a los deudores (que les faltan) en un mercado financiero. A los ahorradores se les atrae con una tasa que más que compense la pérdida de poder adquisitivo y a los deudores con la menor tasa posible que contrarreste su nivel de riesgo.

Esas señales de tasas de interés se unen a través de lo que la teoría llama el canal de transmisión monetario. El banco central mueve su tasa de referencia, que define el costo de introducir o retirar dinero de la economía, y eso influye sobre la tasa a los que los bancos se prestan entre si (interbancaria), la que remunera a los ahorradores (captación) y luego, con un spread, la que se cobra a los deudores (colocación). Ese spread o margen es lo que les queda a las entidades financieras, EF, para pagar su nómina, tecnología, impuestos y los demás gastos en que incurre una empresa.

Por ello, el nivel de tasa de interés de los créditos depende, entre otras, de la posición del banco central, de cómo se remuneran los ahorradores, del nivel de riesgo que se asume al prestarle a las personas y las empresas, y finalmente, del spread necesario para asumir los gastos que tiene operar en cualquier país, en un ambiente de competencia.

Toda esta discusión teórica nos lleva a la pregunta recurrente en el caso colombiano: ¿Cómo bajar las tasas de interés? Según lo anterior, hay al menos dos dimensiones estructurales que determinan ese nivel. La primera es macroeconómica, donde se ha enfocado la discusión reciente. Aquí es claro que la posición del Banco de la República es clave para bajar el nivel de tasas, pero esta depende de la inflación, que ahora está siendo influida, entre otras, por las expectativas de incrementos de precios en los regulados (salario mínimo, por ejemplo), y por la posición fiscal del Gobierno.

La segunda dimensión podríamos agruparla en temas legislativos y regulatorios que afectan los niveles de riesgo y el margen de intermediación financiero. Iniciativas legales que elevan el riesgo de los deudores (como la ya habitual de borrón y cuenta nueva o las que promueven la insolvencia), una carga tributaria excesiva (nacional y territorial) o inversiones forzosas (como las del agro) son ejemplos de medidas que terminan generando mayores niveles de tasas de interés para todos.

Aunque el debate público siempre habla de lo elevadas que son las tasas de interés y que el Emisor no colabora para su descenso, la verdad es que también hay elementos de política pública que las mantienen en niveles más altos de los deseados. Por ello, la discusión debe extenderse y revisar si medidas como el creciente gasto público, los recurrentes proyectos de ley que eliminan la información de los deudores, o la excesiva carga tributaria a las EF son deseables para el propósito de reducir la tasas e impulsar la reactivación.

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Tasa de Interés - Banco de la República