El sector financiero, desde hace varios años, ha recalcado la importancia de reducir el sobreuso del efectivo en la economía colombiana. El trabajo del sector en inclusión financiera, innovación y adopción de nuevas tecnologías busca tener avances significativos en esta materia, pues reducir este sobreuso tiene efectos positivos en la lucha contra mercados ilegales, en mayor recaudo tributario y en mayor crecimiento económico.

El compromiso de la banca por modernizar la forma en la que las personas y empresas llevan a cabo sus transacciones cotidianas se hace tangible en la proliferación de depósitos electrónicos, códigos QR, minidatáfonos, canales de transferencias inmediatas y disponibilidad de servicios financieros gratuitos. De hecho, la preferencia por el efectivo para realizar pagos habituales pasó de 91% a 75% en la última década, según el Banco de la República.

Los avances en interoperabilidad de canales, adopción de medios de pago digitales, pagos inmediatos y ciberseguridad pretenden continuar reduciendo la preferencia por el efectivo. Aquí también cobra relevancia la alternativa que tienen los microempresarios de realizar pagos de impuestos por plataformas digitales.

Sorprendió entonces que el pasado 23 enero de este año, mediante interpretación de la Dian, se excluyera a los depósitos de bajo monto o depósitos electrónicos de la posibilidad del reconocimiento fiscal de costos y deducciones en el impuesto sobre la renta, así como de los impuestos descontables en el IVA, beneficios que sí podían ser aplicados por los canales tradicionales. Inmediatamente, el sector financiero le hizo saber a la Dian la asimetría que se estaba generando y la dificultad que esto representaría para los microempresarios, que cuentan por más del 90% del tejido empresarial colombiano.

Los bancos manifestaron a las autoridades que este tipo de depósitos tienen las mismas funciones que los ofrecidos usualmente por las entidades financieras como las cuentas de ahorro. Así mismo, expresaron las preocupaciones en materia de inclusión financiera provocadas por esta disposición, entendiendo que se configuraba como un desincentivo para los micronegocios frente al uso de estos medios, pues tendrían incentivos para recurrir nuevamente al uso del efectivo como medio de pago.

Atendiendo a estos argumentos, el 9 de febrero, la Dian reconsideró su decisión y habilitó el reconocimiento fiscal de costos y deducciones en el impuesto de renta, así como de los impuestos descontables en el IVA mediante depósitos de bajo monto. Reconociendo, además, que estos modernizaron y simplificaron la realización y el monitoreo de las transacciones en los últimos años.

El llamado, entonces, es a las autoridades para difundir masivamente esta decisión. También a los micronegocios y contadores públicos para que tengan en cuenta esta disposición que, sin duda, facilita el pago de impuestos en el país y, en consecuencia, contribuye a la formalización de la economía colombiana.

P.D: Recibí con sorpresa y suma tristeza la noticia del fallecimiento de Alberto Echavarría. Compartí con él, estos últimos cinco años, en las reuniones de la Mesa de Concertación Laboral donde se negocia el incremento del Salario Mínimo. Siempre amable, dispuesto a escuchar en la diferencia y a enseñar sus habilidades diplomáticas y de negociación. Lo extrañaremos muchísimo. Paz en su tumba y mis condolencias a su familia.