Tribuna Empresarial

TransMiCable, un viaje cultural

Alejandro Zambrano

En esta columna ya hemos hablado varias veces sobre los beneficios que ha traído TransMiCable a sus usuarios en temas tan variados como las reducciones de tiempo, las mejoras en la seguridad, la salud de sus pasajeros por menor exposición a gases contaminantes y mayor actividad física y, en general, hemos explorado cómo este medio de transporte ha representado una revolución para los habitantes de Ciudad Bolívar. A pesar de eso, cada vez que me siento a pensar sobre qué escribir en esta columna me encuentro con más beneficios, algunos de ellos, inesperados.

La experiencia de los viajeros del TransMiCable de Ciudad Bolívar está igualmente embellecida por una ruta cultural identificada por la Secretaría Distritual de Cultura, Recreación y Deporte, en la que hay parques, arte urbano, calles de color, gastronomía, música, así como bibliotecas y museos. Todo esto se ha venido gestando alrededor del sistema de transporte público construido por Doppelmayr porque el trayecto para disfrutar de estas actividades y atracciones pasó de hora y cuarto en bus a solo 13 minutos. Como alguna vez nos dijeron en nuestras visitas, antes de TransMiCable, muchos de sus usuarios actuales “no visitaban Bogotá, aun viviendo en Bogotá”.

El punto de partida del recorrido es el Cefe Tunal, en el parque El Tunal, un sitio en el que la Secretaría destaca la oferta de “un complejo cultural y deportivo con áreas para cine, danza, teatro, ajedrez, artes plásticas, lucha y más. Además, dispone de un polideportivo, gimnasio y piscinas recreativas”. Al subirse a las cabinas, si no se está pensando en el afán de la rutina, se puede disfrutar de la vista panorámica de buena parte de la ciudad, y cada tanto los pasajeros se pueden encontrar con actividades como circuitos de lectura dentro del sistema.

En cada una de las estaciones resalta la Secretaría la diversidad de actividades por realizar: disfrutar de restaurantes, murales y exposiciones de artesanías, pero el “plato fuerte” está en el barrio El Paraíso. Lo primero que hay que recomendar es el mirador, un espacio que no solo realza aún más la imponente vista que el visitante ha venido disfrutando a lo largo del recorrido, sino que también ofrece una buena oportunidad para comer algo y participar en actividades recreativas.

Es igualmente inevitable destacar las calles coloridas, en las que saltan a la vista la pintura de las fachadas de las diferentes viviendas y los graffitis, que permiten hacer un recorrido de arte urbano al mejor estilo de lo que se ve en muchas otras ciudades del mundo. El Museo de la Ciudad Autoconstruida es la última de las paradas obligadas. Esta estructura, construida en 2020, resalta el valioso aporte de la comunidad de Ciudad Bolívar en la construcción de la localidad, y cuenta con una biblioteca, espacios culturales y una huerta comunitaria.

“Para los ciudadanos y turistas, esta es una excelente oportunidad para descubrir nuevos rincones de la ciudad que antes eran de difícil acceso”, destaca la Secretaría en su guía turística, y es que TransMiCable no solo le facilita la vida a sus usuarios, sino que además les abre la puerta a un viaje sorprendente.

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