Transporte con tecnología de punta
jueves, 26 de septiembre de 2024
Alejandro Zambrano
Para los bogotanos es un anhelo histórico contar con lo mejor disponible a nivel mundial en su transporte para ahorrar tiempo y para hacer su vida más fácil, y más en una ciudad como la capital colombiana, en la que muchas veces se dice que “Bogotá está a dos horas de Bogotá”, haciendo alusión a la significativa cantidad de tiempo que tienen que destinar todos los días millones de bogotanos en su transporte, con el agravante de que cada tanto se presentan alertas ambientales derivadas de los carros, los buses y, en general, el transporte.
Para ser justos, hay que reconocer que en los últimos años se han dado pasos hacia adelante en ese propósito de traer tecnologías de punta y limpias, como se ha visto con la licitación y construcción del Metro, la constante renovación de la flota de buses y biarticulados de Transmilenio en la que se va a modelos a gas, híbridos o eléctricos, y la apuesta cada vez más marcada por medios de transporte alternativos como las patinetas o las bicicletas; todos esfuerzos de las autoridades y la ciudadanía para lograr un transporte más limpio y eficiente.
En medio de esa revolución del transporte bogotano, los cables aéreos pueden ser un eje fundamental. Lo que se ha hecho en Ciudad Bolívar con el TransMiCable ha transformado completamente la vida de las personas que viven en la localidad y un estudio realizado por investigadores de la Universidad de los Andes, publicado en la revista británica The Lancet y titulado ‘Transformaciones urbanas y salud: resultados de la evaluación del TransMiCable’, demostró que los beneficios van más allá del tiempo de desplazamiento y llegan incluso a que la población que utiliza el sistema obtiene beneficios como el aumento de actividad física y la reducción de exposición a gases contaminantes.
Por eso es más que positivo que el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de la ciudad tenga contemplada la construcción de siete sistemas de cables aéreos, y es aún mejor noticia que ya haya dos que se están ejecutando: San Cristóbal y Potosí, ambos en el sur de la ciudad y ambos con el potencial de cambiarle la vida a cientos de miles de bogotanos que día a día tienen que “sufrir” sus desplazamientos.
Estos dos cables aéreos tienen una buena noticia adicional y es que están siendo construidos con tecnología de punta. No exagero al decir esto, ya que los dos sistemas, construidos por Doppelmayr, van a tener la misma tecnología que tiene el cable aéreo urbano que está siendo construido en este momento en París.
Yendo al título de la columna, se puede decir que Bogotá y París pronto tendrán algo más en común: la más avanzada tecnología en el momento de su sistema de cables aéreos, ya que los nuevos sistemas tendrán mejoras que los harán aún más eficientes y amigables con el medio ambiente, con lo que esperamos que los beneficios que ha traído el TransMiCable a Ciudad Bolívar sean aún mayores para los sistemas de San Cristóbal y Potosí. Siempre he dicho que los cables aéreos ‘elevan’ la calidad de vida de las personas y en Bogotá, como en París, no tengo duda que así será.