Cohesión nacional y autonomía territorial
miércoles, 30 de octubre de 2024
Alfredo Sarmiento Narváez
Esta semana ha tomado temperatura el tema territorial toda vez que el Congreso discute el acto legislativo para reformar el Sistema General de Participaciones -SGP-, proponiendo aumentar el porcentaje de recursos transferidos a municipios, departamentos y distritos hasta un 46,5 % de los ingresos corrientes de la nación, en un horizonte de tiempo de 12 años, a partir del 2027, teniendo en cuenta que esa participación hoy representa 26%.
El debate ha generado divergencias que implican a funcionarios del gobierno nacional; por un lado el ministro del interior Juan Fernando Cristo defiende la reforma mientras que voces como la del viceministro de hacienda Diego Guevara Castañeda , de la doctora Elisabeth Correa Soto subdirectora para descentralización y desarrollo territorial del Departamento Nacional de Planeación, y el doctor Juan Sebastián Betancur del Comité Autónomo de la Regla Fiscal, han expresado contundentes críticas a la misma.
Cuando escribo esta columna se surten reuniones del alto gobierno para lograr acuerdos y ya hablan de aumentar gradualmente la participación hasta máximo 39%.
Líderes de opinión tienen posiciones contrastadas. En contra se ha pronunciado un grupo de ex ministros y viceministros de hacienda, entre ellos, Juan Carlos Echeverri, José Antonio Ocampo, Ruddy Hommes y Juan Alberto Londoño.
Defendiendo la reforma por su vocación de autonomía, son notables los ex ministros como Amilkar Acosta y Carlos Rodado Noriega; este último, al ser reconocido como miembro de número en la Academia Colombiana de Ciencias Económicas, recordó que fue él, como constituyente del 91, fue quien propuso 46,5% como porcentaje meta.
Los ex ministros Juan Camilo Restrepo y José Manuel Restrepo coinciden en proponer primero una ley de competencias que allane el terreno para ulterior reforma al SGP, evitando precipitar riesgos fiscales para la nación en el corto y mediano plazo.
En los partidos políticos, incluso de oposición, el debate es intenso. En el Centro Democrático sectores comprometidos con el referendo por la autonomía invitan a dar el sí a la reforma, mientras que la senadora Paloma Valencia ha manifestado objeciones a la misma.
Colombia es un país fracturado por la forma como tramita sus divergencias en relación con temas de interés común; con la paz por ejemplo, torpemente hemos caído en las categorías estériles y animosas de amigos vs enemigos de la paz.
Con el debate sobre el SGP puede emerger otra fractura; algunos serán descalificados como odiosos centralistas y otros serán descalificados como autonomistas irresponsables y populistas.
La sostenibilidad democrática de Colombia exige, al mismo tiempo, profundizar la autonomía municipal, departamental, así como garantizar cohesión nacional y unidad territorial.
Cualquiera sea el desenlace del tema en el Congreso, la academia, centros de pensamiento, medios de comunicación y entidades como Federación Nacional de Departamentos, Asocapitales, Asointermedias y Fedemunicipios, están llamadas a declararse en estado permanente de conversación nacional a propósito de ese relevante tópico de interés común, conversación que exige espíritu edificante, ajeno a las violentas estigmatizaciones.