A la profesora Mariana Mazzucato hay que leerla con detenimiento sin quedar petrificados en el intento.
“Misión”, “Estado emprendedor” y “alianzas público privadas“, son categorías que usa la profesora, no necesariamente novedosas, pero sí muy pertinentes hoy para analizar el contexto de retos económicos y sociales que tiene por delante Colombia.
Mazzucato no cree en la bandera del decrecimiento agitada por varios voceros del actual gobierno nacional.
Para ella, generar riqueza es un imperativo y en función de ello remite a la necesidad de alianzas público privadas, tesis plausible.
A esa tesis suya, yo agrego que la solución de grandes temas de interés común, trasciende a las alianzas duales público privadas y exige alianzas basadas en el trípode público, privado y comunitario, esto es, concertaciones con dosis precisas de empresas y emprendimientos privados actuando en el mercado, dosis precisas de empresas y emprendimientos de Estado gestionando lo público y dosis precisas de empresas y emprendimientos solidarios expresados en acciones del tercer sector: cooperativas, mutuales, fondos de empleados, fundaciones, cajas de compensación, acciones comunales y redes de voluntariado.
Las tesis de Mazzucato, que reivindican el papel emprendedor del Estado para no quedar como mero apagaincendios y corrector de las fallas del mercado, no avalan sesgos estadocéntricos y mercadofóbicos tentados en conculcar la autonomía a la que tienen derecho las empresas privadas y sus respectivas expresiones gremiales.
Nada en las tesis de la académica italiana empodera las actitudes de altos funcionarios gubernamentales para salir a pedir cabezas de dirigentes gremiales que presentan objeciones a una reforma tributaria en discusión y tampoco promueven la práctica reiterada de ausentarse, no asistir y desoír los foros y voces gremiales.
El capitalismo democrático de Mazzucato seguro valora y respeta la autonomía de los estamentos gremiales de la sociedad civil como expresión de una democracia vigorosa.
Otro concepto medular de Mazzucato es el de “Misión” entendido como una gran apuesta (o conjunto de apuestas) que hace un país para consolidar una comunidad de propósito y comunión de sentido , capaz de motivar la subsidiaridad entre actores públicos , privados, y yo agrego comunitarios y solidarios, para crecer, innovar y garantizar la cohesión y sostenibilidad integral.
La “Misión”, en la perspectiva demócrata de Mazzucato, difícilmente aplaude ambiciosas apuestas diseñadas única y exclusivamente por agentes público estatales, menos aún, que busquen reeditar el síndrome atávico de Luis XIV bajo la premisa de “ El Estado soy yo”, ergo, soy yo el que define la “Misión”: comuníquese y cúmplase.
Apoyó Mazzucato la reforma tributaria en trámite, reforma que profundiza visión del pagador pasivo de impuestos y no promueve cultura de activos contribuyentes prestos a ejercer su derecho a solidarizarse y participar en la gestión del bien común. Las alianzas público-privadas-comunitarias necesitan de más activos contribuyentes que de pagadores pasivos de impuestos. Mazzucato disfrutó el concierto de Carlos Vives; Vives es un ejemplo de “Misión” cultural y factor de cohesión para todos los colombianos.