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Procure, Procurador

Alfredo Sarmiento Narváez

La elección de Gregorio Eljach como futuro procurador General de la Nación es un hecho consumado; diferentes bancadas del Senado de la República, que sumadas hacen mayoría, han anunciado su apoyo a dicha candidatura.

Eljach llegará con un mandato claro y legítimo. Ojalá logre que su elección alcance el consenso de todo el Senado, lo que redundaría en mayor beneficio para las instituciones democráticas en Colombia, sometidas hoy a duras pruebas por esas líbidos totalitarias que no disimulan sus protervas intenciones.

Ya como procurador, Eljach se deberá a toda la Nación y podrá empezar a labrar un triunfo cualitativo e histórico, si su gestión logra la admiración y el respeto de toda la ciudadanía colombiana.

La Procuraduría no es una institución que tenga cautivado el corazón del ciudadano promedio; muchos son sus detractores que la quieren aniquilar, otros la quieren dejar sin dientes para ejercer sus funciones y retos en materia disciplinaria, como ministerio público y en materia preventiva.

Reiteradamente Eljach ha expresado su deseo como procurador de disponer esa institucionalidad y su liderazgo, en la lucha contra la corrupción.

Si en tiempos pretéritos hablábamos de reducir la corrupción a sus “justas proporciones”, ya hoy vamos en que la corrupción es “política de Estado”.

Sin duda alguna que las intenciones de Eljach, de alcanzar logros efectivos y demostrables en lucha contra la corrupción, serían de gran contribución para la sostenibilidad democrática de Colombia; una sostenibilidad cada vez más erosionada por la normalización de la corrupción por impotencia real del Estado ante los corruptos y por la permisividad social hacia la misma.

Esta apuesta, exigirá de Eljach acciones de fondo y convocatorias amplias a la institucionalidad nacional y territorial y a la sociedad civil , para alcanzar logros de corto plazo y sentar bases de trabajo sostenible en el tiempo al servicio de la probidad y la transparencia; se trata de un reto cultural de grandes magnitudes.

Igualmente, el país necesita profundizar las autonomías territoriales amenazadas por talantes centralistas y partidistas. Es menester que la Procuraduría profundice su vocación y presencia territorial, y en alianza con la Defensoría del Pueblo y las personerías municipales, así como con la asociación que representa a estas últimas, genere acciones que cautiven la simpatía de los ciudadanos del común; para ello las tecnologías digitales serán de gran importancia

La Procuraduría junto con Defensoría y Personerías, están llamadas a que el país entienda que los DD.HH. son propósito de todos, para trabajar entre todos y para beneficio de todos, y no un tema de unos cuantos, tramitado entre unos cuantos y para beneficio de unos cuantos.

En relación con las teorías de la conspiración que sugieren que la candidatura de Eljach tiene por condición afectar la futura conformación de la Corte Constitucional, Eljach fácilmente puede dejar sin piso esas leyendas urbanas y demostrar con sus declaraciones, prácticas y acciones, la falta de fundamentos de las mismas.

Procure, procurador Eljach, hacer historia y no administrar las inercias institucionales. Muchos éxitos y felicitaciones.

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