Muchas veces nos cuestionamos si el proceso de reciclar en realidad tiene un impacto ambiental, social y económico, como lo repiten una y otra vez los especialistas y los informes de sostenibilidad. Es por esto que quiero resaltar la excelente labor de los más de 90.000 colombianos que se dedican a esta actividad que cobra aún más relevancia hoy, 17 de mayo, Día Mundial del Reciclaje, fecha en la que nos deberíamos concientizar como sociedad acerca de la importancia que tienen los procesos de recuperación.
En los últimos años, los recicladores han venido fortaleciendo su labor y ocupando un rol cada vez más importante dentro de la cadena del reciclaje, han apostado a la recuperación de materiales con un alto potencial de transformación que aporta a la reducción en el consumo de materias primas hechas a partir de recursos naturales, al ahorro de energía, y a convertir la basura, eso que parece ordinario en algo extraordinario.
Sin embargo, aún existe un gran desconocimiento sobre los procesos de reciclaje y de quienes lo hacen posible, por lo cual quiero destacar los beneficios que genera para el planeta recuperar materiales como las botellas de PET, labor que cuenta con una de las mayores redes de captación del país, con presencia en 900 de los 1.122 municipios.
Desde el eje ambiental, la transformación de las botellas de PET permite un ahorro de energía de 92% si se compara con el mismo proceso a partir de materias primas vírgenes, y a su vez reduce las emisiones de CO2 en un 72%. Sumado a esto, cabe resaltar que una de las principales características del PET es que puede llegar a ser reciclado infinitas veces cuando es usado adecuadamente en la fabricación de resinas aptas para la producción de envases en contacto con alimentos. Además, puede ser usado para la elaboración de fibras y filamentos de poliéster para ropa de hogar, geotextiles y moda con responsabilidad social y ambiental. Es decir, el PET es un material líder para hacer realidad la economía circular.
Por todo esto, aplaudo a los recicladores y al sector público y privado por el compromiso con la economía circular, que ha permitido convertirla en elemento clave para el desarrollo del país. Así mismo, hago una cordial invitación a involucrar cada vez más a todos los actores para que cooperen entre sí y se fortalezcan las cadenas de valor de este modelo, que permita tener una visión no sólo de responsabilidad social y ambiental, sino también económica, articulando negocios competitivos que sean un ejemplo para la industria.
Adicionalmente, vale la pena que comprendamos que este trabajo comienza desde casa y que el PET, como otros materiales, son insumos que se pueden reutilizar o reciclar y transformar para darles un nuevo uso. De igual forma, las empresas debemos apostarle al ecodiseño, la tecnología y la innovación al fabricar los envases y empaques, para permitir el máximo aprovechamiento de los materiales y convertirlos en nuevas botellas, ropa de hogar y prendas, entre muchos otros.
En conclusión, el reciclaje se ha vuelto un negocio que trasciende lo económico, social y ambiental, y le apunta a convertirse en una bandera de los modelos de negocio de muchas industrias, quienes serán las encargadas de impulsar los procesos y las personas que hoy hacen parte del mundo de la transformación de plásticos (o diferentes materiales) para construir un futuro sostenible.