El pulso de los Mercados Campesinos
sábado, 14 de septiembre de 2024
Andrea Castañeda Melendez
Desde hace más de una década, el gobierno nacional ha enfatizado la implementación de la compra local y los circuitos cortos de comercialización en el sector agropecuario como una herramienta de desarrollo del campo. Esto se ha establecido en leyes como la 1876 de 2017, la 2026 de 2020 y el Decreto 248 de 2012 que regulan las compras públicas de alimentos.
Estas normativas buscan integrar a los productores locales en el abastecimiento alimentario de programas públicos, promoviendo así la agricultura campesina, familiar y comunitaria. Los circuitos cortos de comercialización, que se basan en la venta directa de productos frescos o de temporada con mínima intermediación, son fundamentales en esta estrategia. Asimismo, la compra local de alimentos se define como la adquisición de alimentos ofrecidos por productores locales que cumplen con los requisitos sanitarios en materia de calidad e inocuidad.
No obstante, para que estas iniciativas tengan un impacto real, es esencial la colaboración activa de diversos sectores de la sociedad, incluyendo universidades, colegios, empresas y otras organizaciones. Un ejemplo de ello es el papel decisivo que hemos jugado desde un grupo de estudiantes de la Universidad Eafit, al cual pertenezco, en la consolidación de las políticas de Mercados Campesinos Medellín, un programa que ha estado vigente durante 37 años. La universidad ha centrado sus esfuerzos en fortalecer las capacidades de los productores del sector agropecuario, especialmente en el ámbito de la comercialización, a través de la alfabetización digital, el marketing, el diseño de catálogos, la creación de marca, etiquetado y empaque, así como su participación en diversas ferias. Un caso representativo es el de don Guillermo Ortiz Vásquez, un productor agropecuario del corregimiento de San Cristóbal, quien inicialmente carecía de habilidades en el uso de herramientas tecnológicas como su celular. Gracias a la escuela de campo en marketing digital, organizada por la universidad, don Guillermo desarrolló las competencias necesarias para digitalizar la comercialización de su negocio, lo que resultó en un aumento significativo de sus ventas.
La colaboración entre las universidades y el sector privado con los productores locales no solo apoya la implementación de la compra local y los circuitos cortos de comercialización, sino que también mejora los ingresos económicos de los productores agropecuarios de la región. Esta sinergia demuestra que el fortalecimiento de las cadenas de abastecimiento no es posible sin la participación activa de diversos actores, incluidas las universidades.
En definitiva, robustecer las cadenas de abastecimiento va más allá de acercar a productores y consumidores; es también una oportunidad clave para integrar a los estudiantes en el desarrollo agropecuario. A través de su participación en iniciativas esta, los estudiantes no solo contribuyen a la formación técnica de los productores locales, sino que también aportan soluciones prácticas que fortalecen el sector. Este tipo de colaboración interinstitucional no solo transforma la realidad del campo, sino que también permite a los estudiantes aplicar sus conocimientos en escenarios reales, generando un impacto económico y social positivo para la región.