El pasado fin de semana, se entregaron los premios en diferentes categorías en la edición 63 del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (Ficci) donde la industria cinematográfica premia a nuevos talentos. A los reconocimientos, se sumaron voces y narrativas que, en eventos como Nido un espacio académico, mostraron cómo se han transformado los lazos que nos unen a este sector. Se oyeron mensajes claros sobre los desafíos actuales, el nuevo conocimiento en el pipeline con herramientas, como el diseño generativo, impulsado por la inteligencia artificial, que cambiarán las producciones y marcaran las especializaciones que se requieren en la industria.
Este año, Ficci, puso en escena la pluralidad de identidades con propuestas de las comunidades afro e indígena. También, les rindió tributo a dos directores de la pantalla grande: el iraní, Asghar Farhadi y el colombiano Sergio Cabrera. Ambos se destacaron, en su momento, por guiones y películas que contaron historias desde ópticas diferentes. Fue también el reencuentro con talentos como la actriz Angie Cepeda y Sara Pinzón, ganadora de dos Premios India Catalina este año.
Para lamentar, la falta de coordinación previa al festival. Hubo quejas de personas acreditadas, que viajaron y nunca recibieron la programación detallada del evento. No se vio el compromiso de los patrocinadores como en años anteriores y hubo muy pocas activaciones de marcas y eventos de networking. Una explicación, sería que el Ministerio de Cultura, le paró más atención a la FILBo.
No se entiende, por qué la directora de Proimágenes delegó a un subalterno para la clausura del evento en el Centro de Formación de la Cooperación Española (Cfce), y con su abanico le hacía señas para que terminara lo que fue un largometraje de discurso. En escena también estuvo la vicepresidenta, Francia Márquez, quién llegó tarde a este evento, después de asistir al lanzamiento de “Igualada”, el documental sobre su vida. Esperemos a ver si en taquilla tiene más éxito su película que su gestión como vicepresidenta.
También es hora de reevaluar estos festivales de tanta historia en un contexto grande para atraer a equipos especiales con una estrategia poderosa a nivel global además del discutido aporte cultural que nos dejan los documentales de líderes políticos. Estos festivales se han convertido en actos culturales de un Jefe de Estado, con una agenda social en medio de una asistencia institucional. ¿Piensan que así van a reconciliar a una sociedad fragmentada? Lo cierto es que en la vida real utilizan la estrategia del avestruz frente a la inconformidad de los ciudadanos, y se aprovechan de las plataformas institucionales y el sistema de medios públicos para promover películas como “Petro”.
Ficci es hoy “El Festival de Todos”, al que asisten muy pocos. Y algunas preguntas finales: ¿Quiénes ya se postularon para el cargo de Ministro de Cultura? Cada dos años aparece un nuevo funcionario del Gobierno Nacional. En este ciclo político, ¿volverá el cine colombiano a tener la misma mirada errónea de los latinoamericanos, crimen, corrupción, ideología del presidente poeta, o tendrá mejores oportunidades? Y finalmente, ¿quién va a financiar las coproducciones de Rtvc con un gerente en modo campaña? Estas son algunas de las preguntas que me hago desde Cartagena de Indias, la ciudad mágica.