Analistas 03/02/2022

Presi, pero del Club

Ahora que están por terminar los partidos de las eliminatorias con muy poco para los aficionados, me pregunto: ¿La sede de la Selección en Barranquilla solo les conviene a los dirigentes del Junior y a sus propietarios, la familia Char? Miembros de diversos grupos económicos, representantes de las empresas más grandes y poderosas, y ahora los precandidatos de la Coalición Equipo por Colombia, se visten con la camiseta de la Selección y en el palco de honor se toman fotos. No sé si sea una exageración decir que es de gran interés para todos, ya que la familia Char tiene una de las maquinarias más robustas en todo el país y mantiene una buena imagen ante la opinión pública.

No recuerdo este tipo de narrativa desde que Berlusconi era dueño del Milan y su equipo jugaba. Supongo que, algunos invitados de Fuad Char en Barranquilla, gustan al público, son populares; y otros, por decirlo de manera franca, no registran bien ante las cámaras. Pero ellos, disfrutan de su tarde en el Metropolitano y se exhiben junto a su papá predilecto.

Yo, que soy fanático de nuestra Selección, estuve en Barranquilla para verla contra Perú, no propiamente en el palco de los Char. Me movía también el interés de indagar sobre los métodos a través de los cuales la familia Char alcanza tan altas métricas de fidelización entre los seguidores del Junior. Se va entendiendo entonces todo su poder en el departamento del Atlántico, que es una labor que fluye desde la publicidad y el compromiso de sus marcas a través de sus supermercados, empresas financieras, de logística, transporte, y otras. En época electoral, es fácil deducir también que esa fidelidad se convierte en promociones, incentivos, en oportunidades de empleo, en votos, en este caso, para Alex y sus aspiraciones presidenciales.

Pero me costó trabajo sacar conclusiones sobre si existe algún conflicto de intereses entre el precandidato y sus asesores y candidatos locales. Indagando, le escribí al jefe de prensa del Junior, sin obtener respuesta. Me dio la sensación de que Alex no quiere profundizar sobre los temas de interés. Sin embargo, escuché a varios abonados en las tribunas y en puntos de venta, donde una señora me dijo que “tiene más ego, que votos”. Superar la pobreza es fundamental en el próximo gobierno. Nadie quiere pan y circo otro cuatrienio. Pregunté también si el escándalo de Centros Poblados les había causado estragos, y una gran mayoría estaba de acuerdo en que a la señora Abudinen, los hermanos Char no la tuvieron en cuenta.

Las promesas populistas son una realidad. Se ven por toda la ciudad. A pesar de obras como la del Muelle de Puerto Colombia, una apuesta por el turismo, inaugurada por Duque, lo que abunda son propuestas sin solución de continuidad. En la vía a Santa Marta, entrando a Ciénaga, se mezcla la pobreza de la comunidad con las promesas de los políticos. Vi varias vallas, en su mayoría, con el aval de Cambio Radical y CD.

Preocupa entonces que no hayamos escuchado a Alex Char, que no lo hayamos visto en debates, para que nos diga qué piensa cambiar en el país. Es evidente lo que hace la publicidad, una campaña sirve para hacer la portabilidad de una línea móvil como si fuera un voto. ¡Un aficionado me dijo que si le pasan los partidos por Amazon Prime se inscribe de una! En esta sociedad narcisista, los ejecutivos con sus alianzas comerciales brindan las mejores experiencias a la hinchada, animando a sus equipos y a sus seguidores con beneficios superlativos en sus redes. Quizá lo mismo pasa en ciudades intermedias con equipos más chicos. Nos quedan siete meses de campaña. Esperemos que Alex diga algo.

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