El estímulo que necesita el comercio informal
¿Cómo van a sobrevivir los más vulnerables a la cuarentena en Colombia y cuáles son los estímulos o medidas que tomará el país en pro de ellos?
La semana pasada, el Gobierno Nacional y varios gobiernos locales decretaron cuarentenas - primero un simulacro, luego una gran cuarentena nacional - para mitigar, y ojalá suprimir, el esparcimiento de la pandemia mundial Covid-19 en Colombia. Las medidas, acertadas, buscan proteger la vida de los más vulnerables a la enfermedad y darle tiempo al sistema de salud para que responda y pueda atender a quienes más lo necesitan.
Esto, sin embargo, vendrá con un costo para la economía enorme y afectará en particular, cerca de 45% de empleados informales ( según el Dane) del país. Muchas de las personas que trabajan en la informalidad viven del día a día, ganando en un día de trabajo lo que necesitan para cubrir sus gastos y lo de su familia. Lo que las vuelve particularmente vulnerables a un parón de la economía como el que empieza esta semana. ¿Cómo van a sobrevivir tantas personas a casi tres semanas de desaceleración de la economía, sin carros que arreglar, botas para lustrar o remendar, o clientes para los muchos puestos de comida o restaurantes?
Creo que nadie tiene la solución absoluta.
Sin embargo, la profesora de derecho en la Universidad de Columbia, Katharina Pistor, acaba de publicar una propuesta que puede ser de gran ayuda a las personas de la economía informal: En su artículo titulado “Money in the time of Coronavirus” propone crear dinero electrónico respaldado por el Estado para estimular el gasto y mantener la economía latente. La lógica detrás de esta propuesta es que el gasto de alguien es siempre el ingreso de alguien más. La liquidez en el mercado, así el comercio esté parcialmente cerrado, permitirá que restaurantes sigan vendiendo comida a domicilio, tenderos atendiendo sus tiendas, e incluso aquellos que no puedan trabajar puedan seguir gastando y cubriendo los costos de otros comercios.
Lo más innovador de esta propuesta de Pistor, es que propone que el dinero que se entrega en forma de subsidio tenga una vigencia de tiempo. Es decir, o se gasta el dinero para cumplir con el propósito de estímulo, o se vuelve obsoleto. De nada servirá para los que no quieran consumirlo, y opten guardarlo. Se convierte en un estímulo inmediato.
Todo esto suena necesario y emocionante, sin embargo es casi imposible de ejecutar en un país como Colombia, donde 45% de la población trabaja en la informalidad y 65% de la población no está bancarizada. Si bien los esfuerzos y propuestas del Gobierno de llevar servicios a las personas vulnerables son correctos, la tarea es titánica y es una vieja sabiduría de la economía que incentivar el mercado es muchas veces, la mejor forma de garantizar que todos tengamos qué comer. No es claro hasta la fecha como se planeará la entrega de subsidios y devolución del IVA de manera que no sean presenciales y, por lo tanto, no propicien aglomeraciones donde el contagio del virus sea fácil. ¿A dónde girar estos recursos?
Afortunadamente Colombia tiene un ecosistema fintech rico y efervescente. Algunos de sus actores, como Tpaga, Powwi o Tecnipagos podrían ser canales para canalizar estos recursos de forma inmediata, eficiente y con total trazabilidad de la entrega.
Puntualmente con Tpaga, que lleva más de dos años especializándose en llevar servicios financieros a las poblaciones informales y no bancarizadas, el subsidio podría destinarse a que se tenga que gastar en una categoría específica (como tiendas de barrio o plazas de mercado) y en un rango determinado de tiempo. Hoy Tpaga podría no solo enviarle este subsidio a personas sin cuenta bancarias, sino también a personas que tienen un smartphone sin internet y que por razones de salud no pueden salir de sus casas.
Con ideas innovadoras como la que propone la doctora Pistor, y las herramientas tecnológicas que hay actualmente en Colombia, creemos que se tiene todo para impulsar la economía informal de forma inmediata, para así ayudar a los más necesitados.