El amor no tiene protocolos
Tengo vivo el recuerdo del 15 de julio de 2011 durante la inauguración del Gran Salón Ok Óscar Pérez Gutiérrez, un pabellón de Corferias con 15.500 metros cuadrados, el más grande sin columnas de América Latina en su momento, el cual llamamos así, precisamente como un homenaje a quien fuera el gerente de la corporación durante más de 30 años y presidente vitalicio de nuestra junta directiva. Durante ese evento, el cual contó con la presencia del Presidente Juan Manuel Santos y tenía todo un protocolo acorde con la celebración, Óscar Pérez nos dejó una gran enseñanza, demostrando que no solo era un hombre comprometido con su trabajo sino además, un hombre íntegro en todos las áreas de su vida; él rompió todos los protocolos, se bajó de la tarima y se fue a buscar a su esposa para dedicarle a ella el homenaje que le tributábamos a él, dándole un beso con mucho amor delante de todos los asistentes. Ante el sorpresivo pero bello y emocionante gesto, el presidente Santos intervino diciéndole: “No se preocupe Óscar que el amor no tiene protocolos”. Y ese era Óscar Pérez, un hombre de carácter, con una autoridad innata, comprometido con su misión de vida, un visionario de mente abierta y de espíritu emprendedor que me dio la fortuna de haber compartido no solo con un excelente profesional, sino conocer de cerca a una persona entregada a su familia, dentro de ese sano equilibrio que todos necesitamos.
El tributo a doña Katia, era sin duda merecido porque ella fue su complemento perfecto para resolver las situaciones difíciles y para acompañarlo en los desafíos que su labor le exigía. Sin duda, un apoyo fundamental cuando Óscar Pérez, asumió el reto en la década de los 50 de darle vida a una organización que se encontraba en una dura situación, a punto de la quiebra. Con su tesón, su audacia para los negocios y su capacidad diplomática, él supo superar esa dura realidad y convirtió a Corferias en la precursora de la internacionalización y el desarrollo económico del país; en la puerta por la que entró la modernización de la industria nacional y se expandió nuestra vocación por generar oportunidad de progreso para los empresarios, el país y la región; fue la pionera de las zonas francas mediterráneas; y la plataforma de fortalecimiento de la pequeña y mediana empresa que con las ferias lograron acceder a las tecnologías e innovaciones que se daban en el mundo.
Óscar Pérez Gutiérrez se adelantó a la globalización y puso a Colombia en el mapa de las ferias y las exhibiciones cuando en nuestro país no existía para los grandes jugadores de esta industria de reuniones. Lo hizo con la misma humildad con la que recordaba que durante sus comienzos la primera utilidad que logró generarle a Corferias fueron los $2.000 que le quedaron por alquilarle a un pequeño vendedor de tinto un espacio en el que vendió centenares de tazas durante las elecciones presidenciales de 1958, cuando resultó ganador Alberto Lleras Camargo.
A los que hoy continuamos su labor nos queda la enorme responsabilidad y el eterno compromiso de mantener y expandir su legado, rindiéndole con cada logro presente y futuro, un sincero homenaje a su nombre y su memoria.