Analistas 19/06/2025

Choque de trenes

Andrés Otero Leongómez
Consultor en Investigaciones e Inteligencia Corporativa

No me refiero al tren imaginario de Buenaventura a Santa Marta, estrellándose con el Tren de Aragua en el tapón del Darién. Habló del plan maquiavélico de Montealegre para desacreditar a la Rama Judicial, el último bastión institucional que puede llegar a evitar que el pichón de dictador destruya las instituciones democráticas para así perpetuarse en el poder.

El famoso ‘Decretazo’ para convocar la consulta popular -que podría terminar convertida en una constituyente según Petro- no es la excusa de Benedetti para pasar la reforma que ya le aprobaron, para empezar a hacer campaña desde ya con el dinero del erario o hacerse contar. Su verdadera intención es poner a pelear al Consejo de Estado y a la Corte Constitucional sobre quién tiene la competencia para revisar el decreto, buscando generar un nuevo choque de trenes institucional que termine por desprestigiar a las altas cortes.

La izquierda siempre ha tenido clara su estrategia. En 2016 lograron un primer gran paso con el Acuerdo de La Habana. No solo lograron crear una justicia paralela usurpándole competencias a la Fiscalía y a la Corte Suprema, sino se encargaron que ese tribunal minara la credibilidad y el respaldo de los colombianos en nuestras Fuerzas Armadas, uno de los grandes logros de la Seguridad Democrática en la era Uribe.

Esto permitió que las guerrillas y el narcotráfico ganaran la guerra en el escritorio y empezarán a reconquistar el terreno que habían perdido en el campo de batalla. Una vez recuperado el control territorial, le sirvieron en bandeja de plomo o plata la victoria electoral a Petro durante la segunda vuelta en 2022.

Una vez montados en el poder, entendieron que la única manera de atornillarse era destruyendo lo que funcionaba. Empezaron por descabezar a la cúpula militar para evitar el ruido de sables. Destruyeron el sistema de salud para obligar a la gente a depender de las dádivas del gobierno para sus necesidades más básicas.

Procedieron a acabar con la economía, liquidando la industria minero-energética y matando a la gallina de los huevos de oro -Ecopetrol-. Sutilmente se adueñaron de las pensiones y suspendieron la regla fiscal con el fin de hacer caja para la batalla política que empieza. En el camino le propinaron un golpe de Estado al Congreso de la República, despojándolo de sus funciones y buscando acabar con cualquier vestigio de control político. Y cuando pensábamos que ya lo habíamos visto todo, atentaron contra Miguel Uribe, buscando amedrentar al país y al resto de los candidatos.

Para los que me han acusado de alarmista, hoy vemos cómo poco a poco, el Gobierno ha ido desangrando a nuestro país, permitiendo que los delincuentes y los corruptos cogobiernen. Viene un periodo de violencia política, de amenazas constantes, de narrativas de odio y de mayor polarización, lo cual pondrá a prueba la fortaleza de nuestras instituciones.

Para redondear su faena, van a tratar de ir por el Registrador Nacional, pues saben que deben deslegitimar el proceso electoral y disfrazar su golpe de democracia.

Por eso la prueba de fuego ahora va a estar en las altas cortes. Aquí veremos de qué están hechos los magistrados ¿Son juristas íntegros, valientes e ilustres como los que Petro y el M-19 inmolaron en el Palacio de Justicia hace 40 años? ¿O son los herederos del Cartel de la Toga, ese esperpento de corrupción judicial que creíamos enterrado? De la respuesta a esta pregunta, depende el futuro de la democracia del país más resiliente de Latinoamérica. Señores magistrados, salven ustedes la patria.

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