Analistas 24/04/2025

Pelea de pistolas

Andrés Otero Leongómez
Consultor en Investigaciones e Inteligencia Corporativa

En plena semana de pascuas donde todo debía ser amor, perdón y reconciliación, se volvió a armar el zafarrancho en el Palacio de Nariño por cuenta de un mensaje en X de la canciller Laura Sarabia durante su visita al Japón. Escribió amenazando a su antiguo jefe y confidente, hoy Ministro del Interior, con volver a encender el ventilador en la Fiscalía, rompiendo la aparente tregua que se vivía en el sanedrín de Petro.

Aunque la respuesta inicial de Benedetti fue algo clasista, refiriéndose a ella de manera despectiva como su secretaria, sorprende el silencio de un personaje que en el pasado ha sido capaz de inmolarse por no conseguir una cita con el Presidente, o de mandar a chuzar al Fiscal General de turno para tratar de frenar una investigación en su contra. Pero más difícil de entender, es la razón que obligó a la jefe de la cartera diplomática a ser poco diplomática e iniciar una guerra con un enemigo tan peligroso e impredecible. Como le recomiendo comúnmente a mis clientes, no se puede llevar una navaja a una pelea de pistolas.

Pero la realidad es que esta guerra fría nunca ha dejado su calorcito. Para los Benedetti -Armando y Ángela e incluso su otra hermana Andrea- es un tema de clase social. Ellos no logran entender cómo una niña humilde, de pueblo y sin experiencia, que hasta hace poco les cargaba la maleta, ahora sea Canciller y se los esté bailando en su propio juego. Cualquier parecido con el libreto de ‘Betty la Fea’ es pura coincidencia.

¿Cuál puede ser la información que Laura tiene de Armando como para abrir este nuevo frente de batalla y terminar de hundir al gobierno Petro?

Hay quienes sostienen que este nuevo round es producto del apetito burocrático de la familia Benedetti por controlar varias entidades del Estado, entre ellas el Grupo Bicentenario, donde ‘la secretaria’ al parecer se habría quedado con el botín. Dicen que Don Armando necesita echar mano de cuanto recurso haya disponible para asegurar que el ‘petrosantismo’ siga en el poder. Él es consciente que, sin el control de los recursos del Estado, le es cuasi-imposible asegurar la alianza entre el Partido de la U y el Pacto Histórico, su principal aliado para una victoria en las elecciones de 2026.

Sin embargo, mis fuentes me comentan que el tema pasa por información que ella puede tener sobre los negocios que sostuvo el otrora Embajador en Venezuela, lo cual se ha convertido en material de especial interés para el Departamento de Justicia de los Estados Unidos. Para la administración Trump y los líderes republicanos en Florida, es imperante armar un caso judicial robusto que compruebe los lazos económicos y políticos entre la dictadura de La Habana, el régimen narcoterrorista de Maduro y Diosdado Cabello, los carteles de droga venezolanos incluyendo a los buenos muchachos del Tren de Aragua -hoy designados como organizaciones terroristas-, y sus cómplices corruptos del otro lado de la frontera.

Dicho ‘indictment’ del DOJ sería la excusa perfecta para imponer sanciones fuertes a Colombia en materia arancelaria, suspender la ayuda militar y de inteligencia, descertificarnos en la lucha contra las drogas, expedir órdenes de extradición, aplicarles extinción dominio a sus bienes en este país, y tratar de impedir que se perpetúen en el poder.

Lo grave no es lo que pueda contar Laura a la fiscalía colombiana, sino a la gringa.

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