Analistas 13/03/2025

Tiro en el pie

Andrés Otero Leongómez
Consultor en Investigaciones e Inteligencia Corporativa

La nueva administración en Estados Unidos empezó pegando fuerte en temas económicos y de política internacional. Pero independiente del impacto macroeconómico de algunas de sus medidas comerciales, uno de los temas que más ha causado incertidumbre o indignación, fue la orden ejecutiva que le dio al Departamento de Justicia, DOJ, de suspender la aplicación de la ley anticorrupción - Foreign Corrupt Practices Act -Fcpa. El presidente Trump considera que las empresas americanas estaban compitiendo en desigualdad de condiciones alrededor del mundo y el trabajo del gobierno debe ser de apoyarlas, no debilitarlas. Para sus contradictores, esto sería una patente de corso para la corrupción alrededor del mundo.

Para Trump, este tipo de medidas esta alineada con su política America First, que busca fortalecer el aparato productivo de EE.UU., sin importar sus consecuencias. Él considera crítico empezar su mandato reduciendo la carga tributaria a las empresas, acabar con la burocracia y la tramitología o ‘red tape,’ y volverse más eficientes en el uso de los recursos de los contribuyentes. Con esto, pretende atraer inversión privada hacia su territorio y corregir los desbalances comerciales.

Sin embargo, sus anuncios y amenazas de imponer aranceles y sanciones de manera recíproca a países que estarían sacando provecho de los EE.UU., puede terminar por generar el efecto contrario. Muchos analistas económicos -y Trump mismo-, reconocen que habrá un periodo de sufrimiento antes de que los resultados de sus políticas surtan efecto. Algunos de estos bandazos no solo vienen generando incertidumbre en los mercados internacionales y debilitando el dólar, sino muy posiblemente y en el corto plazo, pueden llegar a aumentar la inflación y generar desempleo, razón por la cual el pueblo americano lo eligió en noviembre pasado.

Pero independientemente del impacto macroeconómico y geopolítico de algunas de sus medidas, la preocupación de muchos empresarios es como navegar este mundo de incertidumbre política y económica. Aunque todavía no es claro cómo DOJ va a implementar algunas de estas directrices, estamos viviendo un punto de inflexión. Hay que entender que las autoridades americanas mantienen un arsenal legal bastante amplio - Racketeer Influenced and Corrupt Organizations Act - Rico y Bank Secrecy Act - BSA-por mencionar algunas, y no van a dejar de utilizar el principio de extraterritorialidad de la ley para perseguir a aquellos países y empresas que ellos consideren representan una amenaza para su Seguridad Nacional.

Hablando con personas cercanas a la nueva administración, el nuevo enfoque regulatorio y de ‘law enforcement’ va a estar concentrado en lo siguiente: 1. Combatir el tráfico de personas y de inmigrantes ilegales hacia los Estados Unidos. 2. La lucha contra las drogas y particularmente el tráfico de fentanilo con precursores chinos. 3. La designación de los carteles del narcotráfico como organizaciones terroristas, FTO’s por sus siglas en inglés. 4. La guerra comercial con China para buscar frenar el dumping de sus productos hacia EE.UU.

Pero independiente de si uno está de acuerdo -o no- con las políticas o las formas de Trump, hay que actuar con cabeza fría, ser menos ideológicos y más pragmáticos -como la presidenta Sheinbaum de México-, e identificar lugares comunes, en vez de encendernos en discusiones por redes sociales, que sería equivalente a pegarnos un tiro en pie.

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