Analistas 13/08/2020

Todos somos uribistas

Andrés Otero Leongómez
Consultor en Investigaciones e Inteligencia Corporativa

Los que defendemos su legado -y los que han hecho carrera investigándolo y atacándolo, no podemos pretender opinar sobre Uribe con criterio de objetividad, es un imposible. Desde mi posición, quiero responder a la defensa hecha por el jurista Rodrigo Uprimmy sobre la decisión de la Corte de privar de la libertad a un ex presidente.

1. Los defensores de la Corte dicen que nadie puede estar por encima de la ley. Por eso mismo, no entiendo cómo defienden que personajes como Cepeda, Márquez, Santrich, Petro y todos los miembros de las Farc que hoy participan en el Congreso, sí sean la excepción. Lo que molesta no es que investiguen o juzguen a Uribe, sino que apliquen un doble rasero.

2. No hay Estado de Derecho sin separación judicial. La separación de poderes exige una balanza, y la supremacía y legitimidad se gana con los fallos. Su análisis debe ser ponderado, en derecho y garantizando que las diferencias políticas se diriman en otros foros.

3. No hay evidencia de que la Corte este politizada. Los que condenaron a los ministros de la ‘Yidispolítica’ y a ‘Uribito’; interpusieron una medida cautelar alegando que Uribe representa un peligro para la sociedad, al tiempo que cerraron la causa contra Cepeda, quien si visitó cárceles en múltiples ocasiones en busca de testimonios contra Uribe.

La misma Corte que desestimo la información en los computadores de Reyes sobre Piedad Córdoba; que decidió no investigar a Petro por recibir bolsas de dinero en la campaña como consta en un video; y que pidieron la liberación de Santrich y Márquez, desestimando las pruebas de seguir traficando drogas y permitiendo que se volaran. Si esto no es sesgo político, que es.

4. Garantías al debido proceso. Ordenaron chuzadas ‘por equivocación’ del celular del denunciante, pero validaron dichas pruebas. Filtraron información parcial a periodistas sin reparo y se dejaron presionar por esos mismos periodistas hasta interponer la medida cautelar, como quedó plasmado la semana pasada. Si eso no es vulnerar el debido proceso y violar la reserva sumarial, de que garantías estamos hablando.

5. Que la declaración del presidente Duque es la prueba que Uribe está tratando de obstruir la Justicia. El presidente Duque tiene el mismo derecho de opinar sobre las decisiones judiciales como lo hacen todos los políticos del país, y como lo han hecho todos sus antecesores y lo harán los que vienen. No es claro cómo la opinión personal del Presidente, que sucedió después del fallo, representa mayor peligrosidad de obstrucción a la justicia a la ejercida por Cepeda, el Director de Human Rights Watch o el coro de periodistas que cada semana pedían su cabeza, hasta obtenerlo.

6. Uribe es el único colombiano que nunca ha gozado ni gozará de presunción de inocencia. Es la persona más investigada de Colombia en los últimos 20 años. Lo han acusado de todo, desde socio de Escobar, a padre del paramilitarismo, a responsable de masacres y falsos positivos, y nunca le han podido probar nada. Ahora lo acusan de manipulación de testigos.

Como le dijo Churchill a la Reina Isabel II cuando inició su mandato, “lo más difícil de ser reina es -en ciertas ocasiones- no hacer nada”. Este consejo hubiera sido útil para la Corte si tuviera la intención de ser ‘Suprema’ y de ‘Justicia’.

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