Desafíos en el mercado laboral
Una de las características de la rápida recuperación de la economía mundial durante este año ha sido un ritmo relativamente más moderado en la recuperación del mercado laboral. Así, mientras algunas economías han recuperado o se acercan gradualmente a los niveles de actividad prepandemia, en otras economías los niveles de empleo han mejorado significativamente desde el peor momento de la crisis, pero se encuentran aún por debajo del nivel precovid, y se espera que esta brecha se mantenga hacia delante.
De acuerdo con el World Economic Outlook del Fondo Monetario Internacional, se estima que todas las economías avanzadas recuperarán el nivel de actividad prepandemia a fines del 2022, pero solo dos tercios habrán recuperado el nivel de empleo. Economías emergentes y en vía de desarrollo tendrían un comportamiento similar.
Por cierto, hablar en términos generales sobre el “mercado laboral” en distintas economías como si fueran similares es una simplificación de la realidad. Usualmente, suelen existir diferencias estructurales entre estos previos a la crisis (regulación laboral, informalidad, principales actividades de producción, otros), así como existieron distintos tipos de respuestas de política pública en el marco de la crisis para atenuar el impacto sobre el empleo. Evidentemente ambos puntos inciden directamente sobre las diferentes capacidades de recuperación del empleo entre las economías.
Existen varios factores que están restringiendo una recuperación más rápida del empleo en el mundo, tanto por el lado de la demanda como por la oferta.
Primero, por el lado de la oferta laboral, a pesar de los importantes avances en vacunación, la participación laboral aún está afectada por temores al contagio, especialmente en aquellos oficios que requieren interacción presencial. Por otro lado, aún no se han regularizado los servicios educativos presenciales, dificultando un retorno más estable al mercado laboral para aquellos grupos que se hacen cargo del cuidado de niños; las mujeres han sido particularmente afectadas en esta dimensión.
Además, pareciera que las medidas de apoyo a los hogares en algunas economías fueron de tal magnitud que tuvieron un impacto en la disposición a trabajar, y un retorno al empleo se estaría postergando. La interrupción de flujos migratorios entre países y dentro de ellos también es relevante.
Otros argumentos incluyen eventuales cambios en preferencias hacia el trabajo, tales como una menor disposición al trabajo presencial vs. telemático, así como una mayor disposición a aventurar hacia el emprendimiento, ante lo cual empleadores tendrán que evaluar las condiciones para atraer talento. La pandemia también anticipó el retiro de algunos que estaban prontos a pensionarse, un fenómeno observado con más fuerza en economías avanzadas.
Por el lado de la demanda, el ritmo de recuperación económica ha sido heterogénea entre sectores, generando asimetrías en el tipo de demanda por trabajo. Persisten diferencias en las habilidades requeridas por las empresas y aquellas actualmente disponibles en el mercado del trabajo. En ciertos sectores se aceleró el proceso de automatización y adopción de procesos tecnológicos que ya se venía observando previo a la pandemia, por lo que probablemente existirán menores niveles de demanda por trabajo.
Pensando en Colombia, la economía y el mercado laboral se han recuperado a un ritmo mayor al que muchos tenían previsto, apoyado por un amplio estímulo macro, la reapertura de la economía, y un impulso externo favorable. A fines de octubre, la tasa de desempleo alcanzó 11,8%, casi tres puntos porcentuales por debajo de su nivel de hace un año, mientras que el empleo se ubica 4% por debajo del nivel prepandemia. La tasa de participación está alrededor del 61%, es decir 2,5% por debajo del nivel promedio precovid.
Más allá de las medidas específicas que se puedan implementar para potenciar el dinamismo del mercado laboral, es clave continuar con el exitoso proceso de vacunación actualmente en curso en el país, en tanto persisten riesgos relacionados a nuevas olas y variantes. Evaluar los efectos macroeconómicos en la discusión del salario mínimo también será especialmente relevante. Finalmente, urge continuar con medidas que eleven el crecimiento de mediano plazo en la economía. En este sentido, no hay mejor política proempleo que el crecimiento económico.
Mirando hacia delante, contribuir a una pronta recuperación del empleo y del mercado laboral, es un desafío de primer orden, especialmente considerando que empleos son mucho más que ingresos … son aspiraciones, oportunidades de crecimiento personal y familiar. Una brecha persistente en la recuperación de la actividad y del mercado laboral podría generar frustraciones mayores y acentuar tensiones sociales en el tiempo.