El problema pensional es hoy
viernes, 10 de mayo de 2024
Andrés Restrepo Montoya
Aunque la discusión de la reforma pensional se tiende a concentrar en sus efectos de largo plazo, hay también efectos inmediatos, siendo tal vez el más importante el impacto sobre el ahorro de la economía. El ahorro pensional, por su magnitud y su vocación de largo plazo, cumple una función crucial en la financiación de las necesidades de inversión de la economía. Sin esos recursos, la posibilidad de que las empresas, las ciudades y el Gobierno desarrollen proyectos de largo plazo se vuelve cada vez más difícil. En el mercado de capitales local se completó la financiación de la primera línea del Metro de Bogotá, por $2,4 billones, o la construcción de Transmilenio Fase III, por $900.000 millones, y entidades territoriales como Antioquia, Bogotá y Barranquilla consiguieron $3,8 billones en los últimos seis años para implementar sus Planes de Desarrollo.
Lamentablemente, el umbral de cotización que hoy se está discutiendo lleva a que buena parte de las cotizaciones vaya al régimen de prima media (donde no se construye ahorro). Esta preocupación se ha respondido con la creación de un Fondo de Ahorro que debe gestionar el exceso de recursos que llegaría a Colpensiones.
Vale la pena preguntarse: si un mayor umbral implica un mayor desbalance financiero del sistema pensional, ¿no es más responsable reducir ese desbalance financiero en lugar de crear un fondo de ahorro? Un símil para entender a lo que nos enfrentamos: hoy el régimen de prima media es una familia que viene gastando en los últimos años más que el sueldo y, por lo tanto, ha acumulado una deuda de $30 millones con el banco. Entonces, en lugar de bajar el gasto (reducir los subsidios a las pensiones), la familia pide un nuevo crédito de $50 millones (las cotizaciones de los afiliados) para pagar la deuda y se siente satisfecha porque creó un “Fondo de Ahorro” con los $20 millones restantes.
Efectivamente, es mejor ahorrar los $20 millones que gastarlos en remodelar la sala, pero la realidad es que, si mensualmente sigue gastando más que el sueldo, la familia no habrá resuelto el problema: será inevitable consumirse el fondo de ahorro y terminar con la deuda de los $50 millones. Lo más grave es que nadie le prestará a esa familia para pagar la deuda. El umbral de 4 salarios mínimos no resuelve el problema, lo patea hacia adelante y lo crece.
Un objetivo central de la reforma debería ser construir ahorro y que se administre por entidades especializadas en la gestión de portafolios de inversión de largo plazo y con reglas claras alineadas con el objetivo de estos recursos, sean públicas o privadas. Valdría la pena insistir en la idea de la creación de una AFP pública o considerar la una opción como la que en su momento tuvo el Fonpet para la gestión del ahorro pensional de las entidades territoriales. De hecho, este esquema podría mejorar si se abre también a entidades del exterior y a nuevos gestores que alimenten la competencia y reduzcan costos.