Carta abierta a los futuros gobernantes
Para los futuros mandatarios:
Quiero proponerles un ejercicio: permanecer por un poco más de 16 días en silencio. Ese sería el tiempo que deberíamos pasar callados si hiciéramos un minuto de silencio por cada uno de los 23.752 compatriotas que han fallecido en siniestros viales desde 2016. Eso sin contar con las 141.298 personas de más que han resultado gravemente lesionadas.
A partir del próximo primero de enero, adquieren ustedes una gran responsabilidad. No en vano, millones de colombianos se manifestaron en las urnas para elegir a los mejores, y es bajo esa lógica que me atrevo a hacerles un llamado solidario y respetuoso, pero urgente. La seguridad vial debe ser asumida como una prioridad en las regiones.
Lo hemos visto desde el Ministerio de Transporte, junto a la Agencia Nacional de Seguridad Vial (Ansv). Gracias al trabajo articulado del Gobierno Nacional y los alcaldes y gobernadores del país, en el primer semestre de 2019 se logró una reducción de 2,3% en la siniestralidad vial. De hecho, 518 municipios no presentaron muertes en este tipo de incidentes.
Estos municipios están localizados en las zonas del país donde hemos desarrollado intervenciones dentro de la estrategia ‘Regionalización de la Seguridad Vial’, que incluye programas como ‘Pequeñas Grandes Obras’, en el cual desarrollamos diferentes actividades en 278 escenarios locales de 26 departamentos, logrando importantes impactos. También instalamos Consejos Territoriales de Seguridad Vial en siete departamentos: Cesar, Huila, Antioquia, Vichada, Sucre, Tolima y Casanare; y firmamos, en tiempo récord, 71 convenios de cooperación con entidades territoriales localizadas en zonas con altos índices de siniestralidad.
Estamos convencidos que es a partir de lo local que se construyen los cambios culturales que necesitamos. Por eso, esperamos que desde la educación podamos modificar algunas prácticas temerarias que terminan en tragedias. Sin embargo, no podemos ignorar el impacto que tiene el control operativo en la reducción de la siniestralidad. Debo decirles, con mucha preocupación, que en la actualidad solo funcionan 221 organismos de tránsito municipales y departamentales en todo el país. Esto no quiere decir que los esfuerzos institucionales sean exclusivamente sancionatorios. Sin embargo, está demostrado que la combinación del control y la educación consolidan la prevención.
Los invito a que una vez ocupen los puestos ganados gracias a la democracia, le pidan a su equipo de gobierno que les ayude a consolidar el Plan Estratégico de Seguridad Vial, a que den prioridad a la conformación de los Consejos Territoriales de Seguridad Vial y a que asuman el reto de salvar vidas en las vías como un imperativo social. La Agencia Nacional de Seguridad Vial está dispuesta siempre para desarrollar acciones integrales y focalizadas, partiendo de las particularidades culturales y sociodemográficas de cada región, atendiendo el clamor de miles de familias colombianas que han tenido que padecer la tragedia de un siniestro vial.
Finalizo con unas palabras de Charles Dickens: “Nadie que haya aliviado el peso de sus semejantes habrá fracasado en este mundo”. Y agrego yo que los gobiernos que hagan hasta lo imposible por salvar la vida de sus ciudadanos, tendrán un lugar especial en la historia.