Cada año, el Black Friday gana terreno como termómetro del consumo en Colombia. Este se ha consolidado como una de las jornadas más relevantes del año, no solo por su capacidad para dinamizar el consumo de los hogares, sino también por su creciente influencia sobre el comportamiento del comercio electrónico y la estructura del mercado minorista.
Aunque nació como una tradición estadounidense, en la última década el país lo ha incorporado como un hito estacional que concentra promociones, anticipa compras navideñas y genera un pico significativo en transacciones. Se espera que la edición más reciente, desarrollada durante el pasado fin de semana, reafirme esta tendencia y aporte señales útiles sobre el comportamiento del gasto de los hogares, las preferencias de consumo y la aceleración del comercio electrónico.
De acuerdo con la medición realizada por Fenalco vía encuesta, previa a la jornada, el 95% de los consumidores reconoció la existencia de este y el 85% afirmó haber efectuado compras en ediciones anteriores, mientras que el 53% proyectó realizar desembolsos superiores a $500.000 pesos en 2025 (Gráfico 1). En términos de composición del gasto, los hogares mantienen una preferencia marcada por productos de tecnología, moda y artículos para el hogar.
Por su parte, la información de la Dian confirma la magnitud del evento en el agregado de la actividad económica formal. A modo de referencia, durante el fin de semana en que se desarrolló el Black Friday en 2024 se generaron alrededor de 77,5 millones de facturas por un valor total de $46,2 billones, de las cuales cerca de 13,7 millones correspondieron a actividades asociadas directamente con bienes ofertados en la jornada, por un monto cercano a $2,4 billones. Además, el evento alcanzó más de 1,4 millones de transacciones en 2024, lo que representó un incremento del 27% frente a 2023. En 2025, el evento se extendió durante la semana entera y generó la expedición de 176 millones de facturas asociadas a compras por valor de $72,8 billones.
Adicionalmente, en cuanto al comercio electrónico, los registros de 2024 a través de la pasarela de pagos PayU mostraron un crecimiento anual del 8,2% en las ventas y del 3% en el número de transacciones registradas. En cuanto a la intensidad operativa, se observaron picos horarios que alcanzaron las 28.373 operaciones. Se anticipa que la dinámica transaccional en esta modalidad haya sido significativamente mayor durante la jornada de 2025.
En conjunto, los indicadores disponibles confirman que el Black Friday se ha integrado al ciclo comercial del país y opera hoy como un mecanismo relevante para estimular el comportamiento del consumo. En 2025, su relevancia se acentúa en un escenario de recuperación de la economía colombiana, luego de la desaceleración observada entre 2023 y 2024.
La elevada participación de los hogares, el crecimiento del comercio electrónico y la consolidación de volúmenes significativos de ventas ponen de manifiesto la madurez alcanzada por este tipo de eventos. La expansión del comercio electrónico refleja, además, un proceso de formalización inducido por la digitalización de pagos y el uso intensivo de facturación electrónica, lo que contribuye a mejorar la trazabilidad de las operaciones y a ampliar la base transaccional.
Por último, el impacto de la reciente jornada, próxima a la finalización del 2025, debe analizarse por su potencial económico considerando la dinámica observada en años anteriores. Este evento, más allá de la anticipación de las compras navideñas, representa una oportunidad clave para inyectar liquidez y confianza en el consumo de los hogares colombianos. Dada la tendencia histórica de crecimiento en los comercios electrónicos y la facturación formal, la fecha se afianza como un mecanismo de calibración de términos de demanda agregada. Así, los resultados agregados ofrecen señales sobre el dinamismo del consumo a cierre de año.